El Paraíso de la Amazonía

Columnistas, Opinión

Nunca escribo sobre lo no que conozco, hoy hago una excepción; los datos son tomados de algunas publicaciones y los informes fueron proporcionados por mi nieta, Estefanía, que hace unos pocos días, regresó del «Paraíso de la Amazonía Ecuatoriana», El Yasuní, conjuntamente con su novio de Cataluña, zona en donde se encuentra La Ciudad de Barcelona, en España.

El Yasuní, es un Parque Nacional, que fue creado por el gobierno del Ecuador, el 26 de Julio de 1.979, con una superficie de 982.000 hectáreas, en La Provincia del Napo, con una altitud, entre 300 y 600 metros. Tiene pequeñas colinas y valles, que alberga una impresionante biodiversidad; por que La UNESCO, lo declaró Reserva de la Biosfera, en el año de 1.989.

«Tiene el 40 por ciento de aves, de las que se encuentran en la cuenca amazónica, posee numerosos anfibios, reptiles, peces y una infinidad de insectos. La flora se caracteriza, por su vegetación silvestre siempre verde, grandes, epifitas y llena de lianas; es fácil localizar musgos, helechos, orquídeas y bromelias. Los árboles, tienen una altura promedio de 30 metros, con troncos rectos y raíces zancudas que los mantienen firmes frente al viento».

Mi nieta tomó un tour, dirigido por tres guías nativos Kichwas; el uno, es experto en navegación fluvial; el otro, es un conocedor de la selva y sus misterios; el tercero, realiza labores de cocina, Desde La Ciudad Francisco de Orellana, más conocida como El Coca, salieron rumbo al Yasuní; en un transporte fluvial ligero, navegando por el río Napo, hicieron cuatro horas, para llegar al pequeño pueblo de Nuevo Rocafuerte. Para arribar al Parque, tuvo que viajar en canoa, navegando una hora y media más, por los ríos, Napo, Yasuní y Tiputini.

Realizaron, varias excursiones nocturnas; con cascos de mineros y botas impermeables. La selva se muestra misteriosa y llena de sorpresas; en el cielo se contempla millones de estrellas, que pertenecen a la galaxia conocida como Vía Láctea: el sonido de la selva es asombroso, es un mundo diferente, único e impresionante .

En el día, viajamos por los ríos, nadando junto a pirañas y delfines rosados, las pirañas atacan solo cuando perciben sangre; pescamos pirañas y nos servimos, junto a gusanos comestibles, que comen los aborígenes. Cuando navegamos, el guía mete la mano en las aguas y saca un lagarto, nos muestra y deja en el mismo lugar; hay un fauna fascinante, sobre todo de las aves, que poseen diversas formas y atractivos colores de su plumaje; los colibríes vuelan junto a nosotros, mostrando su vuelo sostenido y sus encantadores colores; lástima, que no -encontramos un solo turista nacional, todos -eran -extranjeros, especialmente de Cataluña-España: conversaron y se muestran sorprendidos de la riqueza natural, que presenta «El Paraíso de la Amazonia Ecuatoriana» . (O)

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