El «ganador» derrotado

Hace varios meses escribí, en este mismo espacio, sobre aquel personaje que denominé el «Monarca caído», ese individuo que reside en Bélgica, con ínfulas napoleónicas y que se vanagloria de grandes triunfos pasados. Ese personaje volvió a mostrar, una vez más, que observa el mundo a través de un lente que deforma la realidad para hacerle creer que aún «gana».

El domingo pasado, se llevó a cabo la Consulta Popular y Referéndum convocado por el Presidente Noboa. Los resultados, que no fueron sorpresa alguna para nadie, demostraron que la población se desconectó de las narrativas políticas para votar por el NO en el trabajo por horas y el arbitraje internacional, pero apoyó la lucha frontal contra la delincuencia que lleva el Gobierno. Nueve preguntas fueron aprobadas y dos, negadas.

Frente a este escenario, el partido político del monarca caído convocó a una rueda de prensa para «celebrar» el resultado. ¿Celebrar? ¿Quién celebra cuando su consigna era 11 veces NO y sale azotado por la voluntad popular que aprobó 9 preguntas? En medio de la extraña celebración, se proyectó en una pantalla una mala copia arrugada y fruncida de un Gran Hermano más criollo que orwelliano, diciendo que le han puesto un «freno» al aprendiz de dictador que, además, es mala persona. Pareciera que se describía a sí mismo, el aprendiz de los dictadores Chávez y Castro, y que, además, fue tan malvado que se aprovechó de desgracias como el terremoto de Manabí para sacar una gran tajada para sus bolsillos.

Se proclama como ganador, aquel que ha perdido recientemente asambleístas, al que se le han fugado cuadros importantes y el que ha perdido tanto poder y respeto que medio país se burla cuando sale a dar alguna declaración o, como ahora, que sale a decirse ganador sin haber cumplido siquiera la mitad de su objetivo.

En definitiva, así son las narrativas absolutistas: «Gané cuando quise ganar, nunca perdí, influí efectivamente y cumplí mis objetivos». (O)

alvaro.sanchez2012@gmail.com