EL Gobierno turulato / Paúl Viteria Albán
La inestabilidad política, forjada desde los reiterados incumplimientos de un gobierno turulato, complementada por una predecible caída en los precios del petróleo, son los factores principales que amenazan arriesgadamente a la economía de nuestro país; y, en especial, ponen en peligro a la economía golpeada de las familias de nuestro país.
Todo esto, a pesar de las previsiones elaboradas con anticipación por parte de los organismos multilaterales internacionales, en donde se aseveraba que en nuestro país en el año que transcurre existiría según ellos un crecimiento entre el 2% y el 3.1% en la economía, pero esto no sucedió, y ahora más bien la predisposición de los indicadores apuntan hacia la baja y, a decir verdad, por una notable diferencia.
Claro, y con estos resultados cualquiera se alarma “excepto el presidente de la república”, digo esto en razón de que, a consecuencia de dicha inoperancia gubernamental, la inseguridad y la falta de liderazgo, las empresas nacionales y extranjeras retrasan o descartan sus inversiones y como resultado de esto, tenemos un retraso en la reactivación económica y laboral.
No tenemos carreteras apropiadas o con un básico mantenimiento, la educación con poca o nula inversión, hospitales sin medicina, la policía sin recursos y hasta con patrulleros “potenciados”, el desempleo que nuevamente se esconde detrás de la migración de compatriotas y así un sinfín de complicaciones que debían ser atendidas en su momento por un gobierno turulato que ofreció hacerlo en cien minutos y este lejos, pero muy lejos de hacerlo.
Ahora, poseemos un presidente que viene deslizándose hacia la debacle y no afirmo esto por el juicio político, sino porque a la ciudadanía que día a día sobrevive de su trabajo, poco o nada le importa si él sigue o no en frente del gobierno, sino más bien, por el descontento popular que ha generado su inoperancia y la de los suyos, entonces ¿Si el presidente se mantiene en funciones después del juicio político, alguien podría augurar que las cosas cambien?
Yo, considero que no, especialmente porque el hecho de haber negociado votos en la Asamblea Nacional le abre un camino sin retorno en función de cumplir los compromisos adquiridos en muchos casos “con lo peor” de la política ecuatoriana; y, de igual forma, a quienes negociaron sus votos en torno al juicio político, quien les asegura que una vez salvado del juicio político, este no actuara como siempre lo ha hecho. Traicionando a quienes lo pusieron ahí.
En fin, en Tungurahua contamos con cuatro Asambleístas, que después de la votación del juicio político deberán afrontar la responsabilidad de su voto, aunque en muchos casos estos sepan de ante mano, que jamás volverán a ocupar una curul, la etiqueta de vendidos “no se la podrán sacar jamás”.