El impacto económico de la fiesta

Columnistas, Opinión

Si bien las cifras oficiales de visitantes y facturación aun no se han dato por parte del Ministerio de Turismo, ni del Comité Permanente de la Fiesta de la Fruta y las Flores, tampoco del Servicio de Rentas Internas, sin embargo, la Cámara de Turismo indicaba que la capacidad hotelera previo al inicio de las fiestas, estaba con un 75% de reservas en sus locales de hospedaje afiliados. De datos preliminares del Municipio de Ambato se mencionaba que, al magno desfile del domingo de fiesta, habría asistido entre habitantes y visitantes 400.000 personas a las calles de Ambato y que al Mega evento del domingo en la noche en la explanada del GAD municipal estarían 40.000 asistentes.

De acuerdo a estudios del Observatorio Económico de la Universidad Técnica de Ambato, el factor de expansión (la derrama económica) en tiempos de fiestas es de 6 veces, es decir que por cada dólar que se invierte desde lo publico como por lo privado, esta inversión se multiplica por seis en la economía local, por ello es que si se invierte al menos el 75 u 80% del presupuesto del comité permanente que en su totalidad asciende a 1.962.558 USD, entonces invirtiendo en las fiestas 1.600.000 USD, por efectos del factor de expansión, se podría hablar de que se quedó en la economía unos 9.500.000 USD, sin contar con la inversión privada.

Claro está que no todo este dinero se queda en Ambato, porque parte de los expositores, emprendedores, comerciantes u ofertantes de algún producto en esos días, no son ambateños, por ello solo vienen a vender y retornan con las utilidades a sus sitios de origen. Para tener cifras actualizadas y reales, es importante que el mismo comité permanente encargue mediante convenio a la academia universitaria levante anualmente la información para tener datos técnicos y hacer política pública e inversión más efectiva en base a esta data.

Lo negativo de las fiestas lo marcaron la terrible informalidad descontrolada en el centro de la urbe, el desorden y caos con cero controles de venta y juego con espumantes, anilinas, harina y agua que se volvía a momentos en verdaderos campos de batalla, agresiones y hasta asaltos y acoso. Antes se culpaba exclusivamente a los turistas de estos hechos, pero ahora hemos visto como estudiantes de unidades educativas locales jugaron abiertamente carnaval con espumantes, agua y anilinas fuera de sus establecimientos educativos o en las calles de Ambato sin que autoridad alguna diga o haga algo al respecto. Definitivamente hay que analizar todos estos aspectos para devolverle a la ciudad una fiesta de flores, frutas, colores, tradiciones, gastronomía, arte, cultura, seguridad, limpieza, comercio y reactivación económica, tal como fue el empeño hace 74 años de quienes crearon esta emblemática y única fiesta ambateña. (O)

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