El minuto cero…/Andrea Manjarrez Ocaña
En pocos días llegará la hora de decirle adiós a otro año. Un año lleno de experiencias buenas y malas, pero que en poco únicamente formarán parte de nuestros recuerdos. Este 31, cuando comiencen a sonar las campanadas, pensemos por un instante en lo que fue este año que está a punto de terminar y lo que esperamos para el que vendrá. Una vez más, en los últimos minutos del año, nos formularemos una lista de objetivos y buenos propósitos.
De nuevo intentaremos hacer un pacto con nosotros mismos, para corregir los errores cometidos en este 2018. Entre las burbujas de las cábalas veremos brillar nuestras ilusiones, anhelos y sueños. Y quizá la partida de este año nos ayude a reflexionar sobre nuestros actos, puede ser que al echar un vistazo a los meses que estamos dejando atrás, nuestro corazón sepa apreciar las cosas que importan y nuestras nuevas peticiones no se centren en cuestiones materiales, sino en las espirituales, que son las que en verdad valen la pena.
Prometámonos cosas sencillas que nos dejen un mejor sabor y la satisfacción de un día verlas cumplidas, valoremos a aquellos buenos amigos que nos rodean y tal vez sin darnos cuenta los hemos dejado abandonados, entreguemos cariño a cada integrante de nuestra familia al que quizá no le brindamos un fuerte abrazo en mucho tiempo, escuchemos con cariño y atención las anécdotas que nuestros padres o abuelos no se cansan de repetir; en adelante saludemos a esa persona que solíamos ignorar, recordemos a nuestros padres cuanto los amamos. Aferrémonos a la común esperanza de que el estreno de un nuevo almanaque nos ofrezca días mejores, y experiencias renovadas. Así, de esta manera con toda la fe y esperanza, de que podamos finalizar muchos años más, preparémonos pues se acerca… El minuto cero. (O)