El nuevo gabinete ministerial

Columnistas, Opinión

A pocas semanas de la posesión del presidente Noboa, se escucha oficialmente varios nombres para ocupar algunas carteras de Estado, Gabriela Sommerfeld en la Cancillería (Ministerio de Relaciones Exteriores); Iván Carmigniani al frente de la Secretaria de Comunicación (SECOM); Daniel Palacios Márquez estará en Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca; Sonsoles García en la cartera de Producción (Ministerio de  Industrias, Comercio Exterior y Competitividad) ; Roberto Luque Nuques irá a Transporte y Obras Públicas, Sariha Moya quien será la ministra de Economía y Finanzas,             Andrea Arroba como la ministra de Energía y Andrés Guschmer iría al Ministerio de Deportes. Si bien se ha dicho que son 500 los cargos a nivel gubernamental nacional entre ministros, viceministros, secretarios, subsecretarios, gerentes de empresas públicas, delegados en directorios, asesores, gobernadores, etc, empero su equipo cercano, su buro técnico y a la vez político estará en parte de su gabinete ministerial.

Lo mas importante en la selección y designación de los funcionarios de alto rango es que además de tener el perfil profesional y académico de cuarto nivel para ejercer los cargos, también deben poseer un hibrido de experiencia mínima en lo público y privado, para que no pase lo que le sucedió a Lasso en donde algunos funcionarios con alto performance técnico en el sector privado, no fue suficiente para replicar los mismo resultados en la administración, gestión y finanzas públicas y hasta en la política pública, porque definitivamente hay una diferencia abismal entre lo publico y privado, la dinámica, la legislatura y los procesos son totalmente diferentes, por ello es fundamental que se pueda seleccionar a los mejores elementos con perfiles adecuados y de altísimo nivel, pero con experiencia en lo público.

Una compra o contratación pública, requiere conocimientos técnicos, legales, económicos y políticos para anclar esa actividad a un plan operativo, con tiempos y valores, muchísima observación para evitar cometer errores en los procesos y tiempos y así evitar que se caigan los procesos o peor que en el futuro eso signifique alguna dificultad con organismos de supervisión y control. El desconocer de toma de decisiones mediante política pública también puede pasar factura en una buena o mala gestión pública, por último, el rodearse de buenos asesores es fundamental para salir victorioso en la administración pública y en tan poco tiempo. Que esta administración marque definitivamente el antes y el después. (O)

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