EL PLACEBO DE LA ECONOMÍA / John Tello Jara

Columnistas, Opinión

El placebo se define como una «sustancia que, careciendo por sí misma de acción terapéutica, produce algún efecto curativo en el enfermo, si este la recibe convencido de que esa sustancia posee realmente tal acción, normalmente está compuesto por azúcar o algún tipo de suero”.

Hablamos de ciertas substancias, que carecen de compuestos farmacológicos demostrables, pero que están en la “capacidad de provocar un resultado positivo en determinados pacientes,  los cuales asumen que están tomando un medicamento real”.

El efecto de la mente es tan poderoso que podemos sanar ciertas  enfermedades utilizando los placebos, pero me preguntaba, que tal si utilizamos esta técnica en la economía, si partimos del hecho, que las políticas económicas emitidas por un gobierno están tan bien elaboradas que generan un ambiente estable en la producción y generación de mano de obra.

El mayor de deseo de los ecuatorianos es escuchar, que nuestro país goza de seguridad, que ya se terminaron los secuestros, sicariatos, el crimen organizado, para con esta estabilidad iniciar  o continuar los emprendimientos.

Se dice que una mentira repetida cien veces se transforma en verdad, pero esta debe tener alguna lógica, iniciar con una hipótesis razonable; que podrían ingresar las fuerzas armadas al control de la delincuencia, que contaremos con la presencia de fuerzas especiales extranjeras en nuestro territorio (base de Manta), que existirá control y requisa de armas en diferentes ciudades. Talvez con estas decisiones gubernamentales lográramos  estabilizarnos sicológicamente de la inseguridad que rodea al país.

Y si luego escuchamos decir que nuestros productos tanto agrícolas como industriales tienen gran acogida en los consumidores locales y foráneos, talvez ahí y solo cuando esto suceda, lograremos mejorar la tecnología y preparemos a nuestro recurso humano para mejorar la  producción y sacar al mercado bienes de buena calidad.

Si esta teoría lo aplicamos en nuestros hogares y si decimos a nuestros hijos que estudian, que nacieron con un talento especial que los convierte en seres capaces de alcanzar objetivos grandes en la vida, que llegaron para ser felices y útiles a la colectividad, talvez sus vidas, nuestras vidas cambiarían y logremos un país en franco desarrollo.

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