El rey de los Andes

Columnistas, Opinión

En el espectacular páramo, de la parroquia de Pilahuín, la más extensa y antigua del cantón Ambato, de la provincia de Tungurahua, que pertenece a la comuna de Pucará Grande, observé al Rey de los Andes; El Cóndor. 

Es el ave más grande de nuestro país; puede superar los tres metros, con sus alas desplegadas. Su plumaje, es de color negro en general, con reflejos metálicos, una faja blancuzca sobre sus alas y un blanco collar de plumas, en la base del cuello. 

La cabeza y el cuello, son desnudos y arrugados; la parte superior de la cabeza está cubierta por una carnosidad roja, que forma la cresta. El pico fuerte, curvo y cortante, sirve para despedazar la carne de los animales muertos, de los que se alimenta.

Ea un fascinante espectáculo, ver volar un cóndor, con sus alas desplegadas, planea en el espado, originando figuras que se destacan en en el cielo celeste que cubre las tornasoladas estribaciones de La Cordillera Occidental de los Andes. 

Gracias a la excepcional, superficie de sus alas, aprovecha las corrientes ascendentes de aire, alcanzando alturas, de cinco mil a seis mil metros. 

El cóndor puede ser visto en toda su plenitud, volando en forma circular, en las estribaciones de las cordilleras Oriental y Occidental de los Andes, especialmente, en sitios altos y rocosos. 

El cóndor Rey de los Andes, está representado en el escudo de armas y en las monedas, de algunos países de la región andina, de La América del Sur. 

El cóndor se está extinguiendo, por la poca reproducción; la hembra solo pone un huevo al año, y además por la cacería que aún se realiza, en las zonas donde habita y no hay el control adecuado.  (O)

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