El Ser Humano aún no se conoce

Columnistas, Opinión

La complicación de la realidad en la que vivimos, demanda nuevos y mejores seres humanos: Gobernantes, líderes espirituales, padres, empresarios, jefes, empleados. Ciertamente, el ser humano de hoy, vive casi desconectado de la realidad; se desarrolla tomando decisiones desde sus creencias y no desde su realidad. Esto se debe a que no se conoce.

Evidentemente, no hemos dedicado tiempo a entender que la manera como percibimos la realidad, está basada en nuestras heridas emocionales y que, para sanarlas, es necesario conocernos. No obstante, seguimos preocupados por la economía y la sociedad polarizada; sin comprender que solo son una proyección de todos los problemas internos que no hemos resuelto. Si no dedicamos tiempo, recursos, esfuerzo y atención a formarnos como seres humanos, con un pensamiento diagnóstico, objetivo y actual, tendremos un planeta contaminado, un mundo en guerra, un incremento en la población, lleno de personas pobres con indigencia intelectual, que utilizarán el recurso de la violencia para sobrevivir.

Necesario entender que, si el ser humano no desarrolla ciertas habilidades en la niñez y adolescencia, difícilmente las podrá desarrollar en su adultez, aunque las desee y considere importantes. Por eso, es imperativo invertir en la formación de nuestras nuevas generaciones, pero con conocimiento profundo de nuestra naturaleza.

Desafortunadamente, hemos desarrollado hábitos incorrectos; estamos acostumbrados a gastar en viajes, autos, casas, ropa, restaurantes (gastar mucho nos parece poco), pero no invertimos en formarnos a nosotros mismos (gastar poco nos parece mucho). Nos hemos conformado con ir al colegio y universidad; como si eso fuera suficiente para formar seres humanos buenos, solidarios y productivos.

El punto de partida de la educación tiene que ser la realidad. Se trata de capacitarnos

para conocernos mejor y tener un pensamiento crítico, que nos indique qué está pasando con nuestros hijos, con nuestro personal, con nuestro producto, que está pasando con el mercado, con la sociedad; solo desde ahí se podrán tener respuestas creativas.

Esta sociedad sobre comunicada nos demanda una educación deductiva, es decir, de la realidad a la práctica y no una educación inductiva, que permita el análisis y la interpretación, para enfrentarnos a la realidad.

Somos testigos de muchos cambios tecnológicos, pero pocos cambios en la parte humana y en el liderazgo integrador. La tecnología digital y la comunicación se han filtrado de una forma casi omnipresente en nuestra vida cotidiana, tenemos un nuevo amigo, el smartphone que va con nosotros a todas partes. La inteligencia artificial está sacudiendo los paradigmas sociales y económicos; y nos seguimos olvidando del lado humano. En pleno auge de la inteligencia artificial, el ser humano aún no se conoce.

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