EL SÍNDROME DE ABSTINENCIA / Dr Guillermo Bastidas Tello
Es un conjunto de reacciones físicas o corporales que ocurren cuando una persona deja de consumir sustancias a las que es adicto. La adicción puede estar ligada a alguna sustancia lícita o ilícita, bebidas con alcohol, tabaco, marihuana, cocaína, heroína y otras u otras sustancias adictivas.
Este síndrome también puede presentarse en algunas enfermedades psicológicas como la adicción emocional, al internet, al sexo, al trabajo, al ejercicio, donde no se depende de una sustancia o droga, si no de la dependencia, entendida como la necesidad subjetiva de realizar necesariamente e imperativamente la conducta para restaurar un equilibrio homeostático, y la supeditación del estilo de vida al mantenimiento del hábito conforman el núcleo central de la adicción.
Los síntomas varían en forma e intensidad de acuerdo con el producto empleado y el tiempo que lleva desarrollándose la dependencia, en todos los casos se deben a que se ha alterado el funcionamiento normal del sistema nervioso.
Las sustancias adictivas poseen compuestos semejantes a los neurotransmisores (compuestos químicos empleados por las neuronas para comunicarse entre sí) encargados de desencadenar la actividad de los centros cerebrales de recompensa, placer o satisfacción, los cuales permiten la expresión de emociones gratificantes como entusiasmo, alegría y serenidad. Precisamente por ello hay quienes los utilizan para enfrentar momentos difíciles.
Pero, el uso frecuente de drogas, incluyendo tabaco y alcohol, exige cantidades cada vez mayores para lograr el mismo efecto; a este hecho se le conoce como tolerancia, y sucede porque las sustancias adictivas sustituyen gradualmente la creación de neurotransmisores que desencadenan sensaciones de bienestar. En consecuencia, el paciente pierde la capacidad de experimentar gozo y tranquilidad de manera natural, y crea una dependencia o consumo compulsivo para no sufrir una serie de malestares como ansiedad, angustia, nerviosismo, alucinaciones, sudoración, temblores, mareos, escalofríos, dificultad para dormir, vómito y otros que, en conjunto, forman el síndrome de abstinencia.
El uso continuo de sustancias que actúan sobre el sistema nervioso es responsable de dependencia física y psíquica, ya que el cuerpo se adapta a ellas y el cerebro experimenta un cambio en su estructura y desempeño, de manera que solo puede funcionar normalmente ante la presencia de dichos químicos, sin olvidar que cada vez requiere mayores dosis para obtener efectos satisfactorios.
El síndrome de abstinencia en bebedores relativamente moderados comienza de 12 a 24 horas después de haber dejado de beber, y sus síntomas son: temblor, debilidad, escalofríos, cefaleas, deshidratación y náuseas. También es común el deseo de volver a ingerir esta sustancia.