El Terrorismo de Hamas
Seguramente estará de acuerdo que absolutamente nada justifica el infame y brutal ataque del grupo terrorista Hamas del pasado 7 de octubre al pueblo israelí; lo que hicieron rebasó todo límite de tolerancia racional, por lo tanto, en teoría, nadie con un ápice de sentido humanitario debería pretender justificarlo, minimizarlo o encubrirlo bajo ningún concepto, sin embargo, algunos políticos y activistas de izquierda hicieron las tres.
Después de conocer la perversidad inaudita con que actuó Hamas, lo único que debió salir de la boca de esos comunistas era solidaridad con las miles de víctimas inocentes del sanguinario ataque (sí, así hayan sido israelíes), condenar la brutalidad diabólica de estos grupos extremistas y finalmente, manteniendo un discurso coherente y franco, reconocer que fueron actos terroristas gestados por terroristas al puro estilo terrorista. No cabía otro pronunciamiento.
Pero no. La cancillería colombiana, por ejemplo, difundió en primera instancia un comunicado en el cual aseguraba que el gobierno de ese país “condena con vehemencia el terrorismo y los ataques contra civiles que han ocurrido en la mañana de hoy en Israel…” Sin embargo, el enlace a dicho boletín fue borrado a los pocos minutos y en su lugar la cartera publicó un nuevo comunicado que no menciona la palabra “terrorismo”, lo cual, desnuda evidentemente la dudosa buena intencionalidad inicial.
Y es que les pesa como yunque en el agua, al igual que en su momento a Correa, Maduro y otros, aceptar que lo que suele hacer el brazo armado de estas élites izquierdistas aquí en el Ecuador, en el Medio Oriente o en cualquier lugar del mundo son actos meramente terroristas.
Estaremos de acuerdo, además, en que en la guerra se mata y se muere, pero el principio axial de los convenios internacionales reza, como no puede ser de otra manera, que de ella estará exenta la población civil y más aún los niños como blancos de ataque. Cómo explican entonces estos mandatarios y exmandatarios de izquierda no llamar terrorismo a un ataque directo a ciudadanos comunes en sus casas para decapitar bebés en sus cunas, secuestrar niños y abandonarlos en oscuras celdas a que mueran de inanición, torturar ancianos de formas inenarrables hasta que rueguen que los maten, quemar personas vivas, violar y asesinar a madres frente a sus hijos o viceversa, todo eso lo hizo Hamas hace unos días en Israel. Si eso no es terrorismo, no sé qué lo sea. Encubrir esta realidad es complicidad.
Y no me lo invento. El padre de una niña de ocho años secuestrada por Hamas en esta última ofensiva cuenta en un desgarrador relato que “se alegró” al saber que su hija había muerto después del secuestro, porque siempre será mejor, dice, estar muerto que seguir con vida en manos de estas bestias.
Les recuerdo a todos los izquierdosos afines a estos maleantes desalmados que terrorismo también es aupar con silencios cómplices la bestialidad y/o desconocer términos buscando camuflar la verdad. (O)