En camerinos… / Andrea Manjarrez Ocaña
Frases como ¡deben estar listas en cinco minutos!, ¡vamos chicas ese público es suyo!, ¡sonrían!, ¡aplaudan!; la tensión de cada evento, la emoción de los aplausos, la sonrisa de acogida dibujada en el rostro de la ciudadanía emocionada, curiosa y atenta por conocer a aquellas jovencitas que persiguen la corona ambateña. La Fiesta de la Fruta y de las Flores, todos son parte de ella por su impulso cultural y turístico; en la actualidad somos parte de eventos mejor estructurados, proyectos trascendentales que muestran el talento del ambateño, y el arte que es capaz de brindar una ciudad en constante progreso.
Y por supuesto no podemos olvidar que Ambato dice ser cuna de hermosas mujeres, teoría visualizada con sus reinas que dentro y fuera de la ciudad han llevado en alto su trono, cada año al elegir a la Reina de Ambato, la capital Tungurahuense se mantiene en la espera por admirar a las guapas candidatas que en un periodo determinado mostrará sus dotes físicos, intelectuales y morales para alcanzar tan alta distinción; la belleza externa salta a la vista, pero el manejo escénico, la preparación intelectual y espiritual son virtudes que se van exponiendo en la agenda apretada que deben seguir las candidatas. He escuchado decir que nadie es “monedita de oro para caer bien a todo el mundo”, o “entre gustos y sabores no opinan los doctores”, es así, pues no siempre son del total agrado de todos.
Estar detrás de un reinado exige mucho esfuerzo, dedicación, entrega, compromiso, pues un equipo de trabajo se encuentra detrás de una candidatura, y sobre todo miles de personas que con su apoyo acrecientan, el papel de una futura reina, es ardua la tarea de una soberana, y la mayoría de personas se dedica a mirar, opinar, criticar, pero nadie sabe lo que ocurre En camerinos… (O)