Entre dictador y dictadores 

Columnistas, Opinión

En medio de un ambiente hostil en nuestra querida Latinoamérica, y por los últimos acontecimientos en Venezuela, pongo estimado lector este artículo que despertará ánimos y agitará ideales en medio de un ambiente turbulento y fuerte represión social. 

Es sin duda una dictadura que nos recuerda aquellos años pasados en América Latina, Videla en Argentina, Pinochet en Chile, y tantos más que nos han enseñado que fueron regímenes dictatoriales de carencia democrática, de un pauperismo económico y social, de miedo y persecución. Durante las décadas de 1960 y 1970 del siglo XX, América Latina vivió, de manera sistemática y estratégica, un proceso de militarización, el cual utilizó como acto político de expresión, como puesta en escena, la forma del golpe de Estado y dictaduras.

La noción vaga y usual de dictadura hoy en circulación es negativa, dictadura es no-democracia. De ese modo, por definición, la pareja conceptual de dictadura y de democracia es conjuntamente exhaustiva y mutuamente exclusiva. 

La dictadura puede establecerse legal o ilegalmente; su duración puede prolongarse también legal o ilegalmente. Las dictaduras tienden a ser maléficas y tiránicas, o incluso peores, al realizar un breve recordatorio de muerte, desaparición y torturas, a lo largo de la historia 

¿Qué queda entonces?, la presión del pueblo, la resistencia; la presión popular cada vez es mayor y necesaria. Claman “Libertad” en las calles, lo que todos alguna vez añoramos y que aspiramos siempre, en esta mayúscula América Latina. (O)

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