Entre la venganza y la justicia / Dr. Guillermo Bastidas Tello
La tragedia de Hamlet, príncipe de Dinamarca, es uno de las grandes obras de la literatura mundial; escrita por Shakespeare entre 1599 y 1601 y ambientada en la Dinamarca medieval, en donde se aborda el argumento de la venganza y la Justicia.
Hamlet está abatido, puesto que su padre, el rey de Dinamarca, acaba de morir. Su madre, la reina, se casa con Claudio, quien pasa a ser por las sin razones del sistema, el nuevo marido y el nuevo rey.
Una noche, una fantasma brota de las tinieblas, al parecer es el espíritu de su padre, le dice que Claudio lo asesinó y le pide que vengue su muerte. Pero el acucioso Hamlet duda de la veracidad de su alucinación o ilusión, entonces trata de poner a prueba sus alucinaciones auditivas; sin embargo, cuando completamente convencido se encuentra, se arrepiente de su decisión porque lo encuentra rezando arrepentido a su padrastro y teme que, al morir, su alma delincuencial vaya al cielo y no al infierno.
Solo cuando han pasado cuatro actos, varios soliloquios, muchas alucinaciones hipnagógicas que permiten analizar sobre la naturaleza de la condición humana, “ser o no ser, esa es la cuestión”, Hamlet decide ejecutar su venganza, pero la falla en la eficiencia del acto homicida ocasiona la muerte de varias personas inocentes, cuya muerte no era necesaria para alcanzar la justicia.
La obra enfrenta la realidad del homo saphiens, que recurre entre la muerte, el asesinato, la víctima, el acto delictivo, los que saben, los que esconden el acto ilícito, los verdugos, la verdad, la mentira, los juzgadores y los chivos expiatorios.
En Hamlet la verdad se descubre al principio de la obra, en lo cotidiano de los pueblos el acto ilícito, delictivo se sabe también desde el principio y aquello es lo que genera sufrimiento y una confusión entre buscar la verdad por Justicia, oportunismo político o por una Tragedia de Venganza fracasada.
Hemos vivido en estos tiempos de penumbra política una representación Psicoanalítica de Hamlet siglo XXI, en el que muchos hombres no fueron buscados, encontrados y sentenciados por Justicia, sino por una venganza fracasada, una venganza muy primitiva que no alcanza las razones de la lógica y la justicia, que no repara más que una psiquis quebrantada por actores enemigos, una primitiva venganza sin resarcimiento, compensación o pago de culpa, una Tragedia que más tiene Venganza que Justicia, una Venganza hipócrita que alza las manos en posición de triunfo frente al juzgado y no levanta los brazos frente al pueblo por la libertad, entereza e imparcialidad. (O)