Es fácil ser de izquierda

Columnistas, Opinión

De niños pasamos a adolescentes (adolescente proviene del latín adolescere, en el español antiguo dolecer, que significa ‘tener o padecer algún defecto’, ‘padecer alguna enfermedad’, siempre en relación con algo negativo) que Leonardo Favio resume diciendo: “Cuando se tiene 20 años se tienealma de marinero, La libertad en el cuerpo y a flor de piel, se tiene toda la rebeldía, se odian a los carceleros, la esclavitud y las tiranías. La sangre hierve en las venas, queremos cambiar el mundo de la noche
a la mañana sin esperar…” Odiamos las injusticias y soñamos un mundo de igualdad, por tanto, es muy 
fácil caer en esas utopías fascinantes que nos acechan cuando estudiantes quienes quieren que seamos sus ovejas ciegas por seguir sus engaños mientras ellos son las élites que manejan una red sin hilos, ese grupito de privilegiados que viven con lujos y riquezas en los lugares dónde critican y donde ellos nos hacen odiar.

Además, el enorme analfabetismo y la casi total incomprensión en la materia más importante para nuestra vida diaria como es la Economía nos hace fáciles presas de los engaños de estos farsantes. Y no sólo la mayoría de los ciudadanos carece de nociones económicas básicas, sino que las élites políticas e intelectuales también suelen ser ignorantes en la materia. Algo similar puede decirse de la generalidad de los artistas, que sueñan con cambiar el mundo sobre la base de meras emociones e impulsos, muchas veces dando crédito a movimientos políticos devastadores. Esta falta de conocimiento hace que las patológicas políticas hagan semillero de ideologías que destruyen nuestras sociedades arruinando nuestra libertad. Basta con escuchar a Joaquín Sabina comentar: “Todas las revoluciones del siglo XX fracasaron estrepitosamente, el fracaso del socialismo y comunismo ha sido feroz. La deriva de la izquierda latinoamericana me rompe le corazón por haber sido uno de ellos, pero ahora ya no lo soy porque tengo ojos, oídos y cabeza para ver lo que está pasando y es muy triste lo que está pasando.”

Es fácil ser de izquierda, lo difícil es dejar de serlo. Te hacen cree que todos los demás tienen la culpa de lo que pasa, los ricos tienen la culpa de que haya pobres, que los países ricos siempre explotan a los pobrecitos de los países pobres, sus ideas son solo cosas que tú quieres escuchar ósea que a ti no te esté yendo tan bien como tu quieres y eso te genera resentimiento, envidia y puedes estar toda la vida pensando que lo que a ti te pasa es culpa de tu vecino que tiene más dinero. Te hacen creer que tu eres mejor persona y más sensible que los demás y eso te va a dar un sentimiento de lucha y vas a tener una identidad basada en la lucha social siempre sintiendo que estás haciendo revolución y luchando contra los poderosos, una identidad que no está formada por ti mismo, esa que luego de leer, dilucidar, comparar, analizar y saber lo más básico de la economía, te hace saber que sólo se puede vivir del trabajo propio o del ajeno, que todo implica esfuerzo y trabajo, que el Estado no produce, que todo intercambio es lucro, que la productividad y el ingenio determina nuestros ingresos, que el valor es subjetivo, que la competencia es colaboración y descubrimiento, que la innovación crea valor y muchas otros conceptos a estudiar. Nada de esto, solo te inculcan una identidad grupal y por eso no piensas por ti mismo, sino que necesitas que te den pensando y te manejan a sus intereses. (O)

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