Especulación en plena curva exponencial / Ec. Mg. Diego Proaño PhD (c)
Tal como se monitorea estadísticamente la grafica del incremento de contagios de personas con corona virus en el mundo y se denomina crecimiento exponencial, cuando el incremento aumenta y aumenta con ese único patrón alcista cada vez mas empinado, de igual manera se puede hacer una analogía, con lo que está sucediendo en nuestro país respecto al incremento desmesurado, injustificado, exagerado y sin control de los precios de productos y servicios que se ofertan en estos tiempos de aislamiento o cuarentena.
Es qué de manera nada ética, solidaria, humana, ni técnica, muchas personas e instituciones están sacando tajada económica más allá de lo normal al comercializar productos que, por necesidad de las familias deben hacerlo para subsistir en estos momentos, además del pánico y temor colectivo que de por si causa la pandemia, ahora también lo ponen los comercializadores de alimentos, medicinas y otros servicios. Víveres perecibles y no perecibles, productos de aseo personal, de asepsia, de seguridad, delivery (entregas a domicilio), servicios de movilidad (taxis), ventas on line y otros mecanismos que han proliferado estos días, comercializan a precios que a su parecer deben hacerlo, por supuesto todos por encima del precio normal de mercado.
La justificación para tan arbitrario aumento, ninguna, simplemente el espíritu nacional y local del abuso, viveza, oportunismo, aprovechador, técnicamente llamado especulador, porque viendo el momento de tensión de todos por que no falte alimentos, medicinas y otros insumos necesarios por hoy a la familia, les toca adquirir a cualquier precio, y por ello simplemente suben el precio. Este comportamiento de los proveedores es tan visible y abierto que basta con ir a una tienda, micro mercado, mercado, supermercado, ventas on line, farmacias, hacer un pedido a domicilio, tomar un taxi, como para darse cuenta de los abusos.
Lo único que se debería incluir en el precio del producto o servicio es la proporción de consumo de combustible o movilidad de entrega en casa, su empaque o embalaje, pero en la práctica no es solo esa proporción la que están incrementando. Tampoco tiene justificación se suba los precios en tiendas, mercados y supermercados, porque la cadena de producción está fluyendo normalmente sin escasez de nada, las estaciones de servicio de combustible despachan normal sin incremento de precios de gasolinas o diésel, las arterias viales todas despejadas, libres para trasportistas que se movilizan fácilmente con salvo conductos desde fincas, haciendas, fabricas, talleres, en sierra, costa y oriente hasta los sitios de expendio al consumidor final.
En este entorno lo que esta pasando es que, al mejor estilo de la viveza criolla, se especula con todo y, lo peor no hay quien controle y sancione de estas arbitrariedades a los infractores, por eso lo están haciendo cada vez mas abiertamente, olvidando el espíritu solidario, filantrópico y humano, tan necesarios en estos tiempos. (O)