«Estrategias de los Chiquillos» / John Tello

Columnistas, Opinión


Sin pensarlo dos veces, los niños ayudan en las tareas del hogar (específicamente a su madre), antes de solicitar algún regalo, cuando han realizado alguna travesura y no quieren ser castigados o cuando las calificaciones escolares no demuestran su eficiencia estudiantil.

Así también las empresas deberíamos aportar a la solución de los problemas de nuestros clientes, incluso apoyando en áreas que no nos competen pero que de hecho el consumidor lo valorará mucho, por ejemplo, si lo proveo de ropa o calzado, mi trabajo no solo consistirá en venderles sino analizar cómo quedaría mejor la decoración del local, los colores llamativos, expansión de las áreas, sitios obscuros, etc.

Los niños conocen el momento adecuado para solicitar un permiso, no lo hacen ni antes ni después, analizan el tiempo de calidad de sus padres y cuando se encuentran contentos y tranquilos; en nuestros negocios, conocemos el instante en el cual los clientes se encuentran de buen genio para adquirir el producto? Será antes del almuerzo, pasado mediodía, luego de un partido de fútbol? cada empresario es diferente en esta condicionante y es nuestro deber investigar los días y horas adecuadas para negociar.

Quién se resiste a la sonrisa de un niño cuando conversa con nosotros?, su actitud pura y celestial les permite lograr sus cometidos; no creen que es hora de enseñar a nuestro personal y a nosotros mismo la manera de sonreír con el alma, es decir con sinceridad, previo a iniciar la negociación y la fase de ventas.

Saben a quien pedir las cosas, conocen que el padre les dará permiso para jugar con la ropa nueva, pero en cambio la mamá le dirá que para jugar debe cambiarse primero de la prenda para que no la ensucie; sabemos nosotros a quien ofertar para cumplir nuestras ventas, necesariamente es al dueño o a sus colaboradores y, de ellos a quién.?

Al portarse mal, acuden al mejor abogado que puede existir, los abuelos, estos son incondicionales y lucharán hasta el último momento para su defensa; algo parecido puede suceder cuando ubiquemos a otras empresas como referentes para garantizar nuestros productos. (O)

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