Etiquetas del mundo en el siglo XXI 

Columnistas, Opinión

Cuba, Ecuador, Alemania, Francia, Estados Unidos, Colombia, México, Brasil, Arabia Saudita, Sudáfrica, Korea del Norte o Korea del Sur, Japón, Argentina, China o Islandia, nuestras etiquetas, nuestras maneras de defendernos, nuestros pensamientos claros u obscuros, nuestras energias, nuestros ancestros, nuestras historias, nuestra identidad; que somos en realidad en relación con nuestra nacionalidad? Nuestras nacionalidades por medio de la naturalización o el nacimiento  son limitaciones en el país donde estudiemos, vivamos o trabajemos si no es nuestro país natal? Migrar es absolutamente un derecho humano, sin lugar a ninguna duda. Cada país tiene la posibilidad de manejar a su antojo el Derecho Internacional que lo regula, en base a los básicos principios de la autodeterminación de los pueblos y a la no injerencia en asuntos externos de otro Estado, ¿verdad? Por eso sabemos que el Derecho Internacional no es coercitivo, es decir no es obligatorio, es voluntario; y, ¿en base a esa voluntad diplomática se juegan las reglas que cada gobierno de turno quiera imponer a sus conciudadanos? ¿Y, entonces que pasó con la soberanía? ¿Acaso en el pueblo en realidad no radica la soberanía para permitir a los gobernantes de turno actuar de una manera justa o injusta sin decir absolutamente nada y sólo tener que mirar en silencio como ciudadanos obedientes? La posibilidad de ejercer nuestro derecho de libertad en relación con la acción social de carácter público, sea o no llamando la atención de una Autoridad de turno elejida por “elección popular”, es eso, nuestro derecho inalienable, es una posibilidad de gritarle al mundo nuestros pensamientos sin que nos puedan silenciar, es una posibilidad de tomar el control de nuestros propios destinos, ese derecho es una alternativa de decidir las miles de opciones que elejimos tener y no sólo acostumbrarnos a, en silencio general, obedecer cuando al gobierno de turno eso es lo que le conviene. ¿Esa libertad también nos la están limitando?  ¿Dónde estamos? Ah si, en Ecuador, donde la libertad de expresión se respeta por los seguidores que tenemos en redes sociales o, ¿donde se acepta que cada ciudadana y ciudadano tiene el derecho de decidir a que comunidad pertenece con absoluto respeto? En el país hermoso y libre que respalda cada critica constructiva que deconstruye el sistema; en el país donde la libertad de expresión no es manipulada por el gobierno de turno para que la masa poblacional que acostumbra a acceder al conocimiento, no por la lectura de un libro, sino por el uso cotidiano de los bailes exhuberantes que muestran la moda del tiktok nos cuentan entre risas y mofas algún acontecimiento que sucede y que, nos necesitan contar como más les conviene a quienes tienen el poder; o, ¿en el país dónde se burlan de la libertad sexual de las mujeres simplemente por el hecho de ser mujeres? O, ¿en el país donde podemos tergiversar la verdad porque a muy pocos les gusta investigar para verificar realmente que y cómo pasó tal o cual situación? 

Muchas veces, estamos confundidos con las abruptas decisiones autoritarias de los gobiernos, pero, lo que realmente nos debe llamar la atención es la respuesta ciudadana que tengamos frente a esas abruptas decisiones, ahi está la verdadera clave de comprender el status quo de nuestras sociedades, entonces!!, que alguien me diga ahora por favor, ¿cómo estamos nosotros como sociedad?. (O)

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