Flexibilidad laboral
Dentro de las preguntas presentadas por el presidente Daniel Noboa, que plantea someter a consulta popular, se encuentra la propuesta de permitir los contratos de trabajo a plazo fijo y por horas, enmendando de esta forma la constitución y reformando nuestro caduco código laboral de 1938. Ante esto, ya hay sindicatos y organizaciones civiles que se oponen y rechazan cualquier cambio que permita mejorar la flexibilidad laboral de nuestro país, porque consideran esto una supuesta precarización del trabajo.
Sobre este tema cabe aclarar que si en algo destaca la desorientación de economistas, políticos y sindicatos que erróneamente dicen representar a los trabajadores del país, es en el tema del empleo. Una de las mayores causantes del desempleo en nuestro país y que no permite que 7 de cada 10 ecuatorianos puedan acceder a un empleo formal es la inexistencia de mercados laborales flexibles, que permitan a las empresas, empleados y sectores económicos adaptarse a las situaciones cambiantes y dinámicas del mercado. Además, desde el gobierno central se ha adoptado una política de incrementos salariales totalmente desconectada de la productividad real de nuestra economía, lo que afecta principalmente a pequeñas y medianas empresas, dificultando de esta forma el crecimiento de las mismas y el surgimiento de nuevos emprendimientos dispuestos a contratar. Estos supuestos representantes de los trabajadores no solo ignoran las leyes económicas, sino que no proponen nada realmente útil para mejorar la situación de los desempleados del país, mientras se preocupan de mantener sus privilegios a costa de todos los demás ecuatorianos. Otros incluso proponen que se aumente todavía más el gasto estatal para contratar empleados públicos, sin tener en cuenta que cada dólar que gasta el gobierno es a costa del sector privado, lo que podría afectar el empleo en este sector. Lo que más necesita nuestro país en momentos como este, no es más sino menos regulación laboral, es decir, flexibilidad que contribuya a reasignar trabajadores con mayor rapidez, para que las personas pasen a ser contratadas, es por esto que el trabajo por horas resulta esencial para permitir el aumento del empleo; los jóvenes que así lo requieran podrían estudiar y trabajar al mismo tiempo.
Los adultos mayores podrían también incorporarse al mercado laboral trabajando parcialmente y los ciudadanos en general tendrán más oportunidades de conseguir trabajos donde se requiera de esta flexibilidad. Debemos dejar de condenar a la vasta mayoría a la informalidad por leyes que solo se encuentran beneficiando a unos pocos, estos importantes cambios permitirán mejorar la calidad de vida de todos, incentivar las inversiones, creación de empleo y aumentar la productividad de nuestras empresas y emprendedores. (O)