Forcejeo permanente / Editorial
La informalidad en Ambato crece, a pesar de los esfuerzos que realizan las autoridades municipales por detenerlos. Todos los días se observan a comerciales informales con canastos o algunos más sofisticados con carritos vendiendo de todo.
Comida, fruta, ropa, accesorios para celulares, plantas y todo lo que se pueda imaginar esta venta en las calles de Ambato es a diario. La policía municipal en estas semanas hace un esfuerzo enorme para erradicar a estos vendedores que ocupan veredas y calles de la ciudad.
El esfuerzo de los municipales por poner orden en las calles es enorme ante comerciantes agresivos que buscan únicamente su comodidad sin pensar en la ciudad y su orden.
Las ordenanzas deben ser respetadas y los comerciantes tienen que ubicarse en sitios autorizados como son los mercados, muchos de ellos, con puestos vacíos. (O)