Fortalecer la democracia
Entre los ecuatorianos existe decepción al observar un número interminable de precandidatos a la Asamblea Nacional y a la Presidencia de la República. La extensa cantidad de postulantes desalienta y visibiliza lo frágil de la democracia en nuestro país, porque tener una democracia sólida no es ir a las urnas con más frecuencia, sino, garantizar el pleno goce de los derechos, el respeto a los derechos de los demás y, sobre todo, la solidez institucional de un Estado. En Ecuador, lamentablemente una vez más nos volveremos a equivocar, aquí en Tungurahua solamente al oír que se vuelven a postular algunas personas que no Legislaron ni Fiscalizaron, solo estuvieron de figuretis, y que tampoco se ha oído que algún proyecto presentado por estos cuatro personajes ha sido aprobado por la Asamblea da ganas de persignarse y salir corriendo, esos son los representantes de Tungurahua otros a nivel nacional son destituidos a cada rato, por ejemplo, los consejeros del CPCCS, que son elegidos mediante el voto popular.
Las organizaciones políticas tienen amplia responsabilidad en este debilitamiento gradual de nuestra democracia. No forman líderes, no ponen los intereses del país por sobre los particulares y, sobre todo, no buscan consensos mínimos para fortalecer las organizaciones políticas, sino que más bien al mínimo desacuerdo se fundan nuevas corporaciones electoreras. Todo esto debilita la dernocracia, La legislación ecuatoriana obliga a las organizaciones políticas a postular candidatos en cada elección. Y he ahí una razón para la proliferación de candidaturas. Sin embargo, en este punto, son claves los diálogos, las asambleas, las amplias mesas de conversación de dirigentes y militantes, para buscar puntos en común que permitan construir agendas a base de coincidencias y sellarlas con las denominadas alianzas. Pero nada de eso pasa, un ejemplo: por ahí quisieron unirse las denominadas izquierdas y mejor salieron peleando diciéndose velas verdes; en Ecuador. Predominan las aspiraciones personales, como vuelvo y repito jubilados que ya terminaron de exprimirle al estado ahí van de candidatos eso que significa ambiciosos sapos. No porque vayan a aportar en favor de la Constitución y la democracia
Miremos el caso de Tungurahua. Mas 17 listas como 170 aspirantes a candidatos en busca de cinco curules. ¿Por qué no definen alianzas? “Porque todos quieren aparecer en el primer escaño”. Y si somos más cuidadosos y revisamos sus planes de trabajo, son una copia y pega de sus ejes programáticos Coinciden hasta en eso, menos en quiénes deben liderar la lista de postulantes. Su egoísmo y vanidad llevan a la provincia y al país en general al descalabro y eso amerita correcciones urgentes, pero mientras el Código de la Democracia no sea reformado seguiremos de tumbo en tumbo, pero en esta nación, es bien difícil que los partidos y movimientos políticos quieran romper el statu quo. Una vez más, el poder está en los ciudadanos, para castigar a estos politiqueros mediante nuestra arma más poderosa el voto. (O)