G.P.S.
Del libro «Una Pausa en Tu Vida», de los autores, esposos Miriam y Pablo Martini, hemos tomado el tema G.P.S., para transcribirlo en Lecturas Escogidas, de este espacio; espero que lo leas, y saques tus propias conclusiones.
«Subes a tu carro, enciendes el motor e inmediatamente buscas en tu bolsillo ese papel en que has escrito la dirección exacta a donde debes llegar. No tienes la menor idea de cómo hacerlo porque no conoces el camino a seguir, pero estas tranquilo, tu GPS puede resolver el problema tomando la señal satelital que en breve te irà indicando paso a paso cual es la mejor ruta. Diriguete recto dos kilómetros, luego dobla a la derecha, luego hacia la izquierda y asi de manera muy relajada, te dejas llevar. Confias plenamente en sus indicaciones y tu solo manejas despreocupandose de todo lo demás. En el tiempo estipulado y sin mayores complicaciones, has llegado a tu destino.
Que mágico sería que tuvièramos un GPS para la vida y no solamente para la ruta, ¿no es asi? Alguna vocecita que nos indique què hacer con cada decisión que debemos tomar a fin de no equivocarnos. Algo que nos de certezas cuando debemos escoger un compañero o compañera para la vida, o si continuar en un trabajo o renunciar, o indicaciones precisas para educar a nuestros niños o para elegir como vivir. Nos relajariamos mucho más de lo que hacemos y viviríamos con la confianza de saber que ante cualquir duda que surja, alguien nos indicaria el camino.
No contamos con un GPS para la vida y creo sinceramente que màs allà de lo comodo que púdiera ser tenerlo. Nos correria completamente de la responsabilidad de elegir según nuestra responsabilidad de elegir según nuestra voluntad e inteligencia. Sin embargo, no estamos solos en el intento, Dios nos ha dejado la promesa de que si nos ejercitamos en el hàbito de tener en cuenta en todo que hacemos, el también hará.
Encomendarle algo a alguien es dárselo, encargárcelo a la vez dejar a otro cargue por nosotros. Asi como lo encargamos al GPS que guie nuestro automovil, podemos también encargarlo a Dios nuestro camino, el camino de nuestra vida. La promesa que le sigue es que Dios hará ¿Qué hará?. Todo aquello que nosotros no podemos, no sabemos como o vemos difícil de lograr». (O)