HAMBRIENTOS POR EL PODER / Mauricio Calle Naranjo
La carrera a las elecciones seccionales de febrero 2023 ha empezado. Aunque la publicidad electoral no inicia legalmente, esto no es impedimento en las plataformas digitales, donde los candidatos arrancaron con sus campañas narcisistas, que solo cumplen el rol de consolar su ego, sin embargo, en ciertos casos, ya se puede diagnosticar a personajes que padecen del culto a su imagen. Algo muy peligroso, porque describe la estrategia del candidato, que en resumen no tiene ideas ni propuestas, pero sí logra unas bonitas fotos para postear.
Es una pena la calidad de asesores políticos que tienen, ya que como dijo Aristóteles: “los cuervos devoran a los muertos y los aduladores a los vivos”. Esto se evidencia en la calidad del mensaje que llega al electorado, el cual está cansado de la politiquería y ha perdido la esperanza por buenas administraciones. ¿Y qué más se puede esperar de politiqueros que llegan a hacer hasta el ridículo en redes sociales con tal de entretener a sus seguidores? O algunos se jactan de ser candidatos probos cuando en su vida han trabajado en la administración pública, la cual es totalmente diferente a la privada.
La única respuesta que existe a esta disputa por el poder, es lo que Marcela Proust señaló: “la ambición embriaga más que la gloria”. Lo que se ha visto hasta el momento es a un montón de ególatras, intentando ser declamadores y prominentes ilustrados, que emponzoñan el ambiente y se dedican a crear falsas encuestas y difamar a los contendores.
Vivimos el ocaso de la política sana y honorable, ahora solo se observa a un grupo de megalómanos jugando a ser políticos y con hambre de poder. ¿Cuándo escucharemos propuestas reales, viables y necesarias? ¿Será que alguien se convierte en un líder ejemplar y a riesgo de perder votos, propone hacer lo correcto?