Ímpetus nuevos / Esteban Torres Cobo
Nuevos ímpetus dejaron las últimas elecciones seccionales, especialmente de la facción correísta que, luego de alzarse con las dos prefecturas más importantes del país y de tener buena votación y representación en las ciudades donde pudieron participar, empieza a polarizar el debate nacional.
En la Asamblea Nacional el ambiente de repente cambió. El bloque correísta está muy atento a cualquier error de los demás miembros e intenta imponer la agenda del legislativo cuando puede. Es probable, si los cálculos no les fallan, que incluso vuelquen la salida de la presidenta en los próximos días y que una exaliada -o aliada en realidad- maneje los hilos hasta las próximas elecciones de autoridades en mayo.
Su relato político, por lo demás, fue subestimado erróneamente y hoy es muy fuerte, aunque todavía no en los niveles que tuvo en la campaña del 2006 y el inicio de gobierno del 2007. No hay que fijarse para esto en lo que se dice en Twitter o en las planas de los medios. Hay que poner atención en la calle y en los votos del 24 de marzo. El discurso de la traición del presidente Moreno, de la supuesta entrega de la economía y del gobierno a los grupos de poder, del mal estado de las cuentas y de la persecusión a los correístas no pasa desapercibido. Tiene calado. Es creíble.
Conocidos analistas coinciden en que el correísmo organizado y fortalecido podría poner un candidato distinto a Correa en la segunda vuelta presidencial del 2021, lo cual eleva las alarmas. ¿Habrá madurez suficiente en sus antagonistas para no cometer errores? (O)