Indemnización millonaria / Fabricio Dávila Espinoza

Columnistas, Opinión



El futuro de la expresidenta de la Asamblea Nacional se resolverá hoy. Guadalue Llori podría volver a su cargo, obtener una compensación económica por daños y perjuicios cercana a los 8 millones de dólares y hasta recibir disculpas públicas.

La extitular de la Asamblea, presentó un recurso de protección contra el heredero de su presidencia y cinco legisladores más, por la destitución que sufrió el pasado 31 de mayo. La legisladora de Pachakutik recurrió a la justicia con una acción de protección contra Virgilio Saquicela y los integrantes de la comisión pluripartidista que recomendó su destitución. La entidad que tiene en sus manos el destino de la Sra. Llori y la Asamblea es un juzgado especializado en familia, mujer, niñez y adolescencia del sector de Quitumbe, en Quito.

Esto sucede en medio de la disputa del presidente Guillermo Lasso y sus ministros con el Legislativo. El rechazo de varios de proyectos, entre ellos ley de inversiones; la aprobación de la ley de comunicación, con un texto distinto al remitido por el Ejecutivo; la demora en el tratamiento de la ley de educación superior, entre otras cosas y los repetidos comentarios negativos del gobierno del encuentro sobre los asambleístas ha desgastado una relación que no mejora con el pasar de los días.

Hasta ahora, el trabajo de la Asamblea ha tenido más de un tropiezo y por esta razón goza de poca simpatía entre los ecuatorianos. Una de las empresas dedicadas a investigar los niveles de aceptación de las autoridades, Cedatos, ubicó la aprobación del poder Legislativo nuevamente en niveles lamentables. De acuerdo a una de sus últimas publicaciones, apenas el 6,5 % de los ciudadanos creería en la palabra de los asambleístas, mientras el 86,5 % afirmó enfáticamente no creerles. En cuanto a la aprobación de la Asamblea en general, solamente el 11,5 % de la ciudadanía estaría de acuerdo con su trabajo y el abrumador 77,9 % de la población lo tacha de negativo.

Aun así, la Sra. LLori anhela recibir una suma de dinero que podría asegurar una vida holgada económicamente para ella y varias generaciones de su familia. Mientras, la situación de la mayoría de ecuatorianos cada día se precariza. En muchos casos, fuera de contadas y honrosas excepciones, la política no pasa de ser concebida como una mina, de la que hay que buscar el mejor rendimiento y a la brevedad que sea posible. (O)

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