Independencia de Ambato

Columnistas

La historia de la Independencia de Ambato es una serie de hechos que sucedieron en el territorio que causaron su separación del imperio español, que dio origen a la libertad, excepto los esclavizados traídos de áfrica.   Se promulgó derechos y libertades de todo tipo como ejercer cargos político, eclesiástico o militar, llevar una vida digna a todos los ciudadanos que vivían en Ambato, pero menos de los negros que seguían siendo esclavizados por muchos ciudadanos incluidos los “llamados próceres de la independencia”, que se dedicaban a la venta de africanos esclavizados o intercambiaban con productos y animales, como:  María Juana Matute vendida por Joaquín López a Teresa Flor,  María Tomasa vendida por Miguel Jiménez a Antonia y Don  Alfonso Castillo, Andrea Landázuri y su marido, vendido por Nicolás Ignacio de Jalón a  Mariano Egüés, Tomás Colorado, vendido por Mariano Egüés en trámite de posesión, datos que se encuentra ilustrado en el libro de Pedro Reino “El Componente Africano Colonial en Tungurahua”, solo me  limito en anunciar  algunos nombres de “comerciantes de esclavos africanos”, que desdice a la calidad de próceres de la Independencia, perfiles que tiene que ver a las imperfecciones que tenemos todos los seres humanos.  

Permítanme estimados ambateños vivir orgullosos de la historia de nuestra Patria y de nuestros ancestros africanos, que fueron un pilar fundamental en el desarrollo y la columna vertebral de toda nuestra historia para que muchos próceres de la independencia, lleguen a la gloria. Hagamos el compromiso y la necesidad de estudiar nuestro pasado que va ligada a la necesidad de asumir, de trabajar mancomunadamente para lograr con el aporte de todos, reconstruir una historia que sea más verídica y justa sobre lo que ha sido la participación de nuestro pueblo afrodescendiente en la formación política y social de la nacionalidad ecuatoriana, que el 12 de noviembre también sirva para recordar y conmemorar el aporte significativo de los mártires afrodescendientes. Que todo espacio sea importante para revindicar los derechos y la dignidad afrodescendiente, así como manifestarse en contra de los estereotipos y la discriminación a la cual son sometidas mis hermanos afrodescendientes, no somos insignia de vergüenza y de dadivas, somos un símbolo digno y glorioso de grandeza nacional, parte de un legado universal que debe ser conocido, reconocido, transmitido, divulgado y respetado. Hemos aprendido en la escuela y hemos crecido oyendo hablar de libertad, de justicia y de derechos, pero excepto del grupo étnico afrodescendiente, que nos enseñaron a reverenciar desde temprano el ejemplo glorioso de héroes, pero de ellos a ningún afrodescendiente, pilar fundamental del progreso y desarrollo de nuestro país

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