Informalidad persistente / Editorial
La informalidad comercial persiste con tendencia a crecer con el tiempo. Es una realidad existente en muchos países, en ciudades ecuatorianas y en Ambato, que no está libre de este problema social, al que se lo combate con mecanismos no siempre adecuados, que dejan descontentos a sectores poblacionales.
La informalidad comercial va más allá de la ocupación de espacios prohibidos. Es un fenómeno social de raíces profundas sustentado en el principio legítimo y humano del derecho al trabajo honrado, digno y esforzado. Aquí está la raíz de este inveterado problema que requiere soluciones sabias y valientes, no de fuerza ni decomisos.
Las Entidades públicas deben propiciar acciones positivas para ofrecer fuentes formales de trabajo. El sector privado lo hace dentro de las realidades a que está sometido.
Los campesinos producen alimentos para la población ciudadana, necesitan comercializarlos directamente al público, sin intermediarios; para ello, requieren garantías. Las circunstancias actuales impiden cumplir esta comercialización en forma organizada, ya que los mercados tienen limitada capacidad para tanto informal.
Existe un amplio espacio en lo que fue la Industrial Algodonera, ubicado en un lugar estratégico dentro de la ciudad, con vías de acceso. Consideramos oportuno sugerir, una vez más, que en este espacio se planifique y construya un gran mercado popular que albergue a toda la gente del campo para la comercialización, al menudeo, de sus productos.
Los señores munícipes deben analizar esta sugerencia, con responsabilidad, para dar solución al actual problema de la informalidad que tanto incomoda a la sociedad. (O)