Inseguridad en mi Ambato

Mi Ambato, una ciudad conocida por su tranquilidad y su encanto, ha comenzado a enfrentar una realidad que antes parecía lejana: el aumento de la inseguridad.
Si bien, históricamente, la ciudad se ha caracterizado por tener pocos casos de homicidios y sicariatos en comparación con otras urbes ecuatorianas, los últimos meses han mostrado un cambio alarmante en esta tendencia. Ahora existe una sensación generalizada de incertidumbre debido a la ausencia de una protección permanente hacia la ciudadanía. Ahora vemos a diario homicidios, asesinatos y muchas situaciones que ponen en riesgo la integridad de la población. Por ende, es evidente la necesidad de tomar acciones efectivas frente a este problema.
Lo primero que debemos reconocer es que la seguridad no depende únicamente de una cartera de Estado, sino que debe existir un trabajo conjunto. Si bien la labor de las fuerzas de seguridad es esencial, no pueden afrontar este desafío por sí solas. El fenómeno de la inseguridad es multidimensional y requiere un enfoque integral que no solo aborde el trabajo policial, sino también factores sociales, económicos y educativos. Identificar el problema de raíz para obtener una respuesta efectiva.
Uno de los pilares fundamentales para mejorar la seguridad en cualquier ciudad es, sin duda, el fortalecimiento de su educación y economía.
La falta de oportunidades de empleo, la pobreza y la marginalidad social suelen ser terreno fértil para el crimen.
En Ambato, como en muchas otras ciudades, es urgente impulsar políticas públicas que fomenten la creación de empleos y el desarrollo económico local, para reducir la vulnerabilidad de sectores de la población que pueden verse arrastrados por los grupos delincuenciales.
El otro factor que no podemos obviar es la educación. Un pueblo educado tiene mayores oportunidades de desarrollo, menor propensión a involucrarse en actividades ilícitas y una mayor capacidad para generar propuestas de cambio. Invertir en educación desde la infancia hasta la adultez, tanto en lo académico como en valores cívicos, es crucial para garantizar una sociedad más segura a largo plazo.
Esta es una tarea de todos, empezando por las autoridades, familias y las organizaciones no gubernamentales.
La inseguridad en Ambato, al igual que en muchas otras ciudades del mundo, no se resolverá con soluciones rápidas o superficiales. Es necesario un enfoque de largo plazo que contemple la inversión en la economía y la educación, complementado con un trabajo policial eficiente y cercano a la comunidad. Solo con un esfuerzo conjunto podremos devolverle a Ambato la seguridad y tranquilidad que nos ha caracterizado a lo largo de los años. (O)