Intelectuales vistos desde Ambato
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Dícese que los y las intelectuales responden en sí mismo a una realidad histórico social antes que a sus propias opiniones sobre su realidad inmediata.
En la modernidad, eran un grupo minúsculo, aquellas personas que por su naturaleza se suponía tenía capacidades mentales superiores, conformaban círculos reducidos en donde se debatían temas incomprendidos para “la masa”, también han sido la sombra motriz de procesos económicos comerciales y productivos.
En el siglo XX, la idea gramsciana de los “intelectuales orgánicos”, en un número mucho mayor respondían a personas formalmente educadas, lejos de los empíricos, amplificaban a una de las dos clases sociales bien marcadas. Los intelectuales orgánicos por un lado acompañaron los procesos de industrialización del primer mundo, detrás de grandes biografías están científicos, académicos, literatos, diseñadores, por otro lado, grandes pensadores provocaron el pensamiento cooperativista, comunitario, social o irreverente.
En Ambato han existido varios de aquellos intelectuales, unos han llegado a ser orgánicos otros no, intelectuales libres no vinculados a familias, sindicatos, partidos, universidades o argollas burocráticas, estos genios han vivido en el rincón social, muerto en el olvido colectivo.
En la actualidad, en donde la propia posmodernidad se encuentra en crisis, la intelectualidad esta masificada, los títulos son contados por cientos de miles, la revolución tecnológica trajo la posibilidad para que cada persona a través de su móvil levante su editorial, active su oratoria y construya su persuasiva forma de ver la sociedad e incluso la vida misma.
Ahora “los influencers” cumplen ese papel de los intelectuales, a través de una fotografía, un pensamiento, un texto, una canción o un performance. Sin embargo, las garras del poder y contra poder los definen como lo hiciera en su momento las clases sociales, la guerra entre marcas industriales o los métodos y partidos políticos, además de las argollas burocráticas.
He querido compartir esta reflexión queridos lectores, a propósito del cierre en los próximos días de la “Librería América” de la Corporación cultural Gestión Creativa que se ubicó en el edificio de la Casa de la Cultura, por decisión netamente subjetiva de una persona que temporalmente administra dicho bien inmueble público. El destino de los intelectuales alrededor de este espacio de pensamiento ¿será el comercio informal, las redes sociales?
Finalmente, los intelectuales son el resultado y la voz de todo un entorno social, son nuestros o no los son. (O)
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