José Peralta, tramo de variedades
La avenida José Peralta, que se extiende desde el exredondel de Huachi Chico, ahora conocido como paso deprimido, ha experimentado una transformación comercial en los últimos años. Esta arteria, que siempre ha sido un punto de encuentro comercial, ha evolucionado significativamente durante la última década, adaptándose a las necesidades cambiantes de los consumidores y convirtiéndose en un reflejo del ritmo acelerado de la vida moderna.
Hace una década, Henry Candilejo era uno de los emprendedores que se atrevieron a apostar por esta ubicación para establecer su negocio. Su local de videojuegos y venta de películas se convirtió rápidamente en un imán para estudiantes de varias instituciones educativas cercanas, como Santa Rosa, Pilahuín, Juan Benigno Vela e incluso aquellos que viajaban desde lugares más distantes como Tisaleo, Mocha y Cevallos. El flujo constante de personas, principalmente jóvenes en busca de entretenimiento, contribuyó al éxito de los comercios en la zona.
Sin embargo, con el avance implacable de la tecnología, la popularidad de los videojuegos físicos y las películas en formato físico comenzaron a disminuir. Esto impactó directamente en el negocio de Candilejo, quien se vio obligado a cerrar las puertas de su establecimiento. A pesar de esto, mantiene una perspectiva positiva sobre la evolución comercial en la zona.
La calle José Peralta, lejos de decader, ha sido testigo de una revitalización comercial notable. Desde el exredondel de Huachi Chico hasta Huachi La Magdalena, ha surgido una gran variedad de negocios en la zona. Entre ellos se cuentan marisquerías, restaurantes, heladerías, locales de comida rápida, tiendas de licores, zapaterías, talleres mecánicos y una amplia gama de emprendimientos.
Eren Veloz, vecino de Santa Rosa, señala la importancia de la calle José Peralta como un punto de conveniencia en su vida diaria. La proximidad y diversidad de los negocios disponibles hacen que sea un recurso valioso para abastecerse de productos difíciles de encontrar en su propia parroquia. Esto refleja cómo la calle ha evolucionado para convertirse en un lugar de referencia para los residentes locales que buscan satisfacer sus necesidades cotidianas. (I)