JUVENTUD SUMISA / Mauricio Calle Naranjo
Sin lugar a dudas, los jóvenes tungurahuenses atraviesan una etapa de adormecimiento y sumisión. La semana pasada, la ciudadanía no tuvo transporte urbano ni rural, mientras los estudiantes y representantes gremiales permanecieron en silencio total. ¿Será que las pantallas de los celulares les quitó la empatía por el prójimo? o ¿acaso son indolentes con sus padres y poco les importa si suben los pasajes? En la ciudad se escuchaba el malestar de las familias que tenían que pagar un taxi, busetas, camionetas a fin de llegar a colegios y escuelas, aunque pagando más ya que en los momentos de crisis, siempre aparecen los “muy pilas” con tal de abusarse del necesitado.
En décadas pasadas, el incremento de pasajes calentaba los ánimos en las calles. Y era seguro que los bolsillos afectados es decir los estudiantes y sectores de la sociedad civil, salían con su voz de protesta. Pero ingrata sorpresa, para mal de muchos o para bien de pocos, esto ha evolucionado a la impavidez colectiva. ¿Se deberá a la falta de liderazgo de los sectores sociales?, ¿la sociedad ha madurado y poco le importan los problemas socioeconómicos porque vive en la abundancia? o lo contrario, todos confabularon con la finalidad de que los transportistas suban los pasajes. No obstante, existen criterios divididos o una hipocresía total, porque en entrevistas a los medios la gente se quejaba y no estaban dispuestos a pagar más y exigían que los señores transportistas mejoren la calidad del servicio.
Es un fenómeno social muy peculiar. Debido a que existen ciudadanos que reclaman, pero de quejas y palabras no pasan. Los gremios y otras autoridades brillaron por su ausencia, tal vez figuraron en entrevistas tibias a modo de fingir el cumplimiento de su rol y desde esa inerte posición no trascendieron sus comentarios. En conclusión, Ambato y Tungurahua de una forma sumisa aceptó la paralización de los transportistas. No cabe duda que lo del altivo ambateño quedó para el recuerdo. Juventud de brazos caídos, juventud indolente frente a 10 días de paralización del transporte público. “Demasiado libertinaje en la juventud seca el corazón, y demasiada continencia atasca el espíritu (Charles Augustin Sainte-Beuve)”.