La Ablutofobia / Aracely Silva Cadmen
Considerada como una fobia; quienes la padecen tienen un miedo irracional a bañarse, lavarse y tener un aseo adecuado, esto puede afectar a niños y adultos, siendo más común en mujeres que en hombres. Para las personas con ablutofobia, puede ser aterrador el bañarse o lavarse.
El baño es una excelente manera de prevenir la propagación de enfermedades, al no hacerlo puede traer consecuencias graves para nuestra salud. Los síntomas de la ablutofobia difieren mucho del típico comportamiento de un niño malhumorado que no quiere bañarse o de adultos que no son demasiado exigentes con sus hábitos de aseo.
Las personas que evitan bañarse debido a la ablutofobia pueden acarrear problemas en el trabajo, colegio, escuela y pueden quedar socialmente aisladas; lo que conlleva a una baja en su autoestima y autoimagen, enfrentándose en su mayoría a un riesgo de acoso.
Algo común es que, si una persona de la familia tiene fobia al baño, el niño desarrolla e imita el mismo patrón de proceder, debido a que observa este comportamiento modelado dentro de su círculo familiar pareciéndole normal, así como también se puede desencadenar esta fobia después de una experiencia aterradora o traumática al bañarse, o enterarse de algún evento trágico o peligroso mientras realizaban esta actividad.
El síntoma más frecuente de la ablutofobia es el miedo, también pueden sentirse desconectadas de la realidad y de sus cuerpos, pueden tener miedo a un colapso nervioso, desmayarse, perder el control o morir mientras se bañan o se asean; a menudo, una de las formas en que los pacientes tratan de lidiar con la angustia es evitar la situación que la generó. Para las personas con ablutofobia eso significa tratar de evitar bañarse y lavarse, lo que puede conducir a diferentes problemas de salud, bienestar y aceptación social.
Como padres debemos estar atentos a este tipo de acontecimientos, si notas que tu hijo sufre de reacciones a la hora de bañarse en un periodo de más de 2 a 3 meses, debes comenzar a buscar ayuda para actuar y tratar esta fobia, porque si actúas por tu cuenta, castigándolo o generando una reacción negativa, no solucionarás nada.
Se ha descubierto que la terapia y la medicación son efectivas en el tratamiento de personas con esta afección, sin tratamiento, existe la posibilidad de que su fobia no desaparezca y, quizás, empeore.
Una forma de superarla es realizando un tratamiento cognitivo bastante efectivo y guiado por un profesional, otra manera son las hipnosis y los entrenamientos de relajación. En casos graves, algunos pacientes se les medica ansiolíticos y antidepresivos, pero siempre deben emplearse en combinación con la psicoterapia, y el control de un especialista.
Lo más importante es que la persona reconozca la fobia y con el apoyo de sus familiares busque ayuda para poder tratar su condición, recordemos que cualquier intervención a tiempo y de manera oportuna puede ser la diferencia.
“La clave para cambiar es dejar ir el miedo”. (O)