La actitud no es todo/ Edison Narváez Z

Columnistas, Opinión

 

La actitud es la forma de actuar de una persona, de hecho todas las personas tienen actitudes que dan como resultado tendencias a responder positiva o negativamente ante cualquier evento; es por ésta razón que muchas instituciones trabajan en función de mejorar la actitud de la gente y gastan ingentes cantidades de dinero para capacitar al personal en torno al tema, buscan los mejores motivadores para motivar al personal, sin embargo los ejércitos de gente desmotivada siguen creciendo al interior de las organizaciones, la gente no mejora su actitud, ¿Por qué?

La mayor parte de las personas no tenemos un control consciente de nuestras actitudes y funcionamos casi de manera automática para originar los resultados en la vida. Casi nunca nos damos cuenta del hecho de que nuestras actitudes puedan ser positivas o negativas.

La gente interpreta o percibe el mundo de acuerdo a su propio marco de referencia, muchas veces creemos y estamos seguros de que el modo en que vemos las cosas corresponde a lo que realmente son o a lo que deberían ser, y esto da origen a nuestras actitudes y nuestra conducta.

Por ejemplo: Si alguien quiere llegar a algún lugar de la ciudad de Guayaquil, un mapa de la ciudad sería de gran ayuda, pero si a esta persona le entregan un mapa equivocado, y sin darse cuenta busca el lugar, le pone empeño, es más diligente, más positivo; seguramente llegará  al lugar equivocado pese a tener actitud positiva.

Es decir el problema fundamental no tiene nada que ver con la actitud, el problema es que nuestro mapa de referencia es equivocado; entonces el esfuerzo, el empeño y la actitud positiva determinan una diferencia real cuando  el mapa o marco de referencia es el correcto.

Un Paradigma es considerado como un mapa, pero un mapa no es un territorio…. un mapa es simplemente la explicación de un territorio; entonces un Paradigma es precisamente eso… una teoría, o un modelo de alguna otra cosa

Ahora, debemos tener claro que todos los seres humanos tenemos muchos mapas en la cabeza; mapas del modo en que son las cosas, con esos mapas mentales interpretamos todo lo que experimentamos y damos por sentado que el modo en que vemos las cosas concierne a lo que efectivamente son o deberían ser. Y es que las influencias que obran en nuestras vidas (la familia, la escuela, la iglesia, la televisión, el internet, el trabajo, los amigos, etc.) tienen un efecto silencioso e inconsciente en nosotros, y contribuyen a dar forma a nuestro marco de referencia, a nuestros mapas, ó a lo que los psicólogos lo llaman “Nuestros Paradigmas”

Lo anterior nos invita a reflexionar en lo necesario que resulta examinar nuestros paradigmas básicos para tratar de cambiar nuestras actitudes y conductas. Dentro de la organización es menester darle importancia a las actitudes de los empleados hacia su trabajo, el grado en el cual un empleado se identifica con su trabajo y con su organización, y el deseo de mantenerse en ella,  por tanto es preciso que entendamos como se forman estas actitudes y como pueden cambiarse; de seguro no lo es únicamente a través de un curso de motivación, quizá debemos ser más exigentes en la selección de personal, para tratar de contratar personas con aptitud para el puesto de trabajo pero sobre todo con actitud positiva hacia la vida y su familia. Seguramente a estos individuos les será más fácil adquirir un compromiso con la organización. (O)

                       

   

 

                   

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