La Autoridad Ambiental Nacional está ausente/ Juan Diego Valdivieso Rowland
El Ministerio del Ambiente y Agua del Ecuador (MAAE), está totalmente ausente a la hora de vigilar y conservar el patrimonio natural, compuesto por la flora, fauna y los ecosistemas que corren peligro de desaparición. El MAAE no ejerce el rol que le corresponde como Autoridad Ambiental Nacional ya que, desde el inicio de la pandemia, los atentados contra la naturaleza han aumentado de forma incesante.
Ecuador es uno de los 17 países megadiversos del mundo. En su pequeño territorio hay muchas especies de animales y plantas. El 20% del Ecuador continental está dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), a cargo del MAAE.
A pesar del estatus de protección que poseen las 60 áreas protegidas del país, los guardaparques no poseen los medios suficientes para ejercer la vigilancia y prevención de delitos ambientales, tales como la deforestación -que desde marzo de 2020 se ha incrementado gravemente sobre todo en Pastaza, Morona Santiago, Orellana, Sucumbíos y Esmeraldas, incluso en territorios indígenas. Este aumento de la deforestación ha sido denunciado por el colectivo Mongabay Latam, que publicó un informe titulado “Alerta en la Amazonía ecuatoriana: madereros ilegales arrasan en medio de la pandemia”.
Asimismo, el país ha sido testigo en los últimos días de hechos lamentables como el hallazgo del cadáver del cóndor Iguiñaro, en el Parque Nacional Cotopaxi. El ave había sido rescatada en mayo de 2020. Esto implica una grave pérdida para el país, ya que quedan muy pocos cóndores sobrevolando los páramos.
Por otro lado, el 12 de septiembre se denunció que, en Chongón, Guayas, se había rellenado un humedal donde habitaban tortugas e incluso caimanes, que fueron despojados de su hábitat y llevados en camionetas con dudoso destino. La alcaldesa de Guayaquil se limitó a denunciar el hecho.
A todo esto, se suma el incremento de la minería ilegal, la contaminación de los ríos y la cacería de fauna silvestre. Es lamentable ver la ausencia casi total de un Estado paupérrimo e incapaz de ejercer su rol regulador en un ámbito tan importante para Ecuador como es la conservación ambiental.
Es momento de exigir cuentas al principal responsable: el Ministerio del Ambiente y Agua. (O)