La cuña de un madero podrido / Mario Fernando Barona
Como todo en la vida, más aún en política, las cosas se hacen, no se dicen, no basta con pregonar sin dar ejemplo, no se vale repetir y repetir hasta el cansancio que se va a luchar contra la corrupción cuando en la práctica ese discurso se hace humo desde el momento mismo en que se lo pronuncia.
Seguimos marchando en el mismo terreno (y lo que es peor, retrocediendo) frente al combate político y legal a la corrupción en el Ecuador. Poco es lo que se ha avanzado y escasísimos los avances reales para detener este cáncer. Da pena y rabia ver cómo los políticos siguen burlándose del pueblo cada vez que apuntan a aquellas consignas populistas que prometen acabar con este mal.
Ya lo dijimos y lo vuelvo a repetir, el presidente Moreno hace más de un año invitó pública y abiertamente -sólo como un gesto mediático- a todo el Ecuador y en particular a los periodistas a que denunciemos los actos de corrupción, sin embargo, hasta ahora jamás ha tomado en cuenta ni una página de las miles entregadas por Fernando Villavicencio que contienen gravísimas denuncias documentadas. Es un contra sentido inentendible, invita a denunciar y al más grande denunciante documentado ni siquiera lo regresa a ver.
Pero hay más, ahora resulta que Moreno, en su ‘cirugía mayor a la corrupción’, va a crear la Secretaría Anticorrupción, entidad que generará políticas públicas y acciones para facilitar la denuncia de actos de corrupción. Sí, otro disfraz mediático, nada más.
Pero si nada de esto le convence, fíjese lo que pasa en la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones ARCOTEL que depende directamente del Ministerio de Telecomunicaciones: tres directores en menos de quince días, dos de ellos separados por tratar de limpiar el organismo, el primero canceló a un importante grupo de altos funcionarios que según sus palabras eran corruptos (y que Moreno dijo iba a respetar esta decisión); y el segundo, quiso cobrar una multimillonaria multa a una telefónica privada. Aparentemente, los dos habrían salido tan abrupta y repentinamente por tratar de poner la casa en orden, lo que habría disgustado a las más altas instancias del gobierno nacional.
¿Y así pretenden que les creamos que están comprometidos con atacar la corrupción? Bien dicen por allí que si el madero está podrido y de él sale una cuña, ésta también está podrida. (O)