La Democracia: Pilar de la Sociedad Moderna
La democracia, como sistema de gobierno, representa uno de los
mayores logros de la civilización. Es mucho más que un mecanismo
político; es un modelo de convivencia que promueve la participación, la
igualdad y el respeto por los derechos fundamentales. Su esencia radica
en el poder del pueblo, ejercido directa o indirectamente a través de
representantes elegidos libremente.
En una democracia, el diálogo y la pluralidad son elementos centrales. La
diversidad de ideas no solo es aceptada, sino que se fomenta como una
herramienta para enriquecer el debate y encontrar soluciones colectivas.
Esto contrasta con sistemas autoritarios, donde la imposición de una sola
visión limita el desarrollo social y la innovación.
Sin embargo, la democracia no es perfecta ni está exenta de desafíos.
Problemas como la corrupción, la manipulación mediática y el
abstencionismo amenazan su legitimidad. En muchos países, la falta de
educación cívica debilita la capacidad de los ciudadanos para tomar
decisiones informadas.
En el Ecuador, la democracia se ha encontrado amenazada en varias
situaciones. El Ex Presidente Correa, sin mediar procedimiento ni
sustento jurídico alguno, destituyó, de oficio, a varios legisladores del
Congreso Nacional en el famoso episodio del “Congreso de los
manteles”. La vocación democrática, por lo tanto es algo que se va
fortaleciendo día a día.
Cada ciudadano tiene un papel crucial en la construcción y sostenimiento
de la democracia. Participar en elecciones, respetar las leyes y exigir
transparencia son acciones fundamentales para fortalecer este modelo.
Al final, la democracia no es solo un derecho, sino una responsabilidad
compartida que demanda compromiso constante.
En un mundo en constante transformación, la democracia sigue siendo
una esperanza para construir sociedades más justas, inclusivas y
pacíficas. Su éxito depende de nuestra voluntad colectiva de protegerla y
renovarla cada día.