La economía Creativa y la Cultura

Columnistas, Opinión

Hemos crecido en un bello país que tiene todo para progresar; gente trabajadora, muy talentosa, emprendedora, visionaria, creativa, llena de tradiciones, de historia y con una Cultura arraigada a sus ancestros y pueblos originarios; pero que lastimosamente se ha dejado imponer unas reglas que no a todos nos representan y que notamos, en conjunto, que esas reglas no son nuestras directamente.

Haciendo creer a la población que de las Artes no podemos vivir, que la gente que es feliz haciendo lo que le gusta no tiene éxito al final, que la economía circular es una mentira al igual que el reciclaje que no funciona porque al terminar el ciclo de vida útil toda la basura termina siendo mezclada sin ningún sentido de sostenibilidad, insertando en el imaginario colectivo que todos los espectáculos de Arte deben ser siempre gratis, haciendo parecer todo lo que no es, impulsando mercados con información asimétrica tal como nos lo cuenta Joseph Stiglitz al recordar lo injusto de las reglas que usualmente son impuestas por modelos neoliberales y organismos internacionales como el famoso y conocido Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional y, que al parecer “ayudan” en los países subdesarrollados como Guinea Bisau o en vías de Desarrollo como Ecuador, pero, en realidad lo que hacen es lograr endeudarnos mucho más, exterminar nuestros recursos naturales aún disponibles y generar desigualdad permanente entre la población, de manera muy silenciosa.

Si, es cruel, son asesinos de sueños, son escandalosos cuando entregan “donaciones” o “ayudas humanitarias” a cambio de condiciones que someten a los pueblos de turno y a los que vendrán detrás, sin que ningún gobierno de elección “democrática” se pueda quejar, porque esas son las reglas pre-establecidas y sólo debemos seguirlas sin la posibilidad de protestar ni pensar diferente.

Luego, pensamos que somos felices, que los pueblos latinoamericanos e incluso varios de África y Asia, tienen índices de felicidad altos, a pesar de las debilidades que enfrentan sus propias poblaciones, pensamos que si podemos generar nuestro propio desarrollo sostenible y sustentable, ojalá desde esa visión biocentrista que tanto nuestros pueblos originarios claman; pensamos que si podemos impulsar un modelo de gestión cultural diferente, que ayude a aumentar nuestro Producto Nacional Bruto como país; pensamos que unidos podemos cambiar esas injustas reglas y empezar a apoyarnos más entre todas y todos; pensamos que si se puede generar oportunidades más honestas sin que esté la corrupción en medio; pensamos que estamos hechos de resiliencia permanente y que esa posibilidad de enfrentar tantas dificultades como sociedades nos ha hecho capaces de sobrellevar los problemas para encontrarlos como oportunidades, para asi mejorar como pueblos y sociedades inteligentes que buscan su propio destino; pensamos que somos fuertes y que si se puede no sólo en el futbol, también en apoyar más al que está junto a nosotros y entender que estas ciudades se vuelven más vulnerables cuando no entendemos que en realidad somos uno y que lo bueno o malo que le pase a ese uno también te puede pasar a ti. Por lo tanto, aceptemos de una vez que la Cultura pueda activar la economía y mejorar condiciones de vida a mediano y largo plazo, demostrando que en nuestras sociedades somos los artífices de lo que creemos como desarrollo y de lo que nosotros mismos podemos construir o deconstruir. (O)

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