La fe restringe la Semana Santa de los ecuatorianos
Quito, (EFE).- La Iglesia católica de Ecuador ha suspendido las
procesiones y mantiene restringidas las actividades religiosas durante la
Semana Santa, aunque pese a ello los ecuatorianos no pierden la fe en los ramos
ni en la fanesca, el portentoso potaje que se suele preparar en esta época.
Afectada también por la pandemia de la covid-19, la Semana Santa en Ecuador
deberá cumplir con las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias
ante el auge del contagio, que ya confinó esta celebración el año pasado.
Pese a ello, miles de fieles han acudido este domingo a las iglesias para
bendecir los ramos con agua santa, que ahora se reparte con balde, a prisa, con
distanciamiento y mascarilla.
La iglesia de San Francisco, en el casco histórico de Quito, recibió a fieles
en su interior, con un aforo del 30 por ciento, de acuerdo al protocolo de
bioseguridad aplicado por la curia, ante el avance del contagio por covid-19 en
la ciudad y en el país.
Muchos acudieron con sus ramos e hicieron fila a un costado de la iglesia, para
pasar frente a una puerta donde un cura los esperaba con el agua bendita
recogida en balde y que aventaba al aire, como si se tratase de un aerosol, al
paso veloz de los fieles que portaban en sus manos los arreglos.
Muchos esperaban también en fila para entrar al templo a las continuas misas
para celebrar la liturgia con el aforo permitido, el distanciamiento físico y
las mascarillas.
Como otras, San Francisco recibió este domingo a fieles que, pese a las
sugerencias para evitar salir a la calle ante el aumento del contagio en la
ciudad, confían en que la ayuda divina aportará lo suyo para encarar al
coronavirus.(I)