La fe y tradiciones religiosas se mantienen
Durante la Semana Santa o Semana Mayor las tradiciones ancestrales en el ámbito religioso se mantuvieron vivas en las generaciones actuales que guardan un respeto sagrado a esta celebración mundial que inició con el Domingo de Ramos culminando con el Domingo de Resurrección.
En los diferentes actos litúrgicos los colores y las vestimentas de los guías espirituales y las distintas escenificaciones religiosas marcaron como cada año un significado especial. Vestimentas en colores morado, rojo y blanco con significados de la presencia de Jesús en la tierra se vivieron desde el Domingo Ramos, escenificando el ingreso triunfal a Jerusalén del Salvador; así como en la Misa Crismal, el Viernes Santo y la Resurrección, el Domingo de Gloria.
La vestimenta de color morado en los guías espirituales se vivió hasta el Jueves Santo, día de la Cena del Señor con el triduo pascual representando la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Fue utilizado el lunes, martes y miércoles Santo motivando a los fieles creyentes al ayuno, oración, arrepentimiento y penitencia.
El Jueves Santo en la liturgia Crismal, el color blanco se hizo presente con la comunión de los sacerdotes con el obispo y preparación de los óleos que se servirán durante el año. Se celebró la Cena del Señor con la institución del sacerdocio y el mandamiento del amor, legado de Jesús.
El Viernes Santo, el color rojo tuvo el mayor significado, representando el sufrimiento por amor de Jesús, previa a su crucifixión, donde la cruz se convirtió en un altar, en señal que dio su vida por los pecados de la humanidad y se revivió el Vía Crucis.
El Sábado Santo se celebró la Vigilia Pascual, donde el color blanco significó la fiesta y el brillo de la luz de Jesús reflejado en la humanidad para celebrarlo con júbilo el Domingo de Resurrección. (I)