La Fiesta de la Fraternidad y la Resiliencia

Cada año, Ambato se viste de colores, aromas y tradición con la Fiesta de la Fruta y de las Flores (FFF). Más que un simple evento, esta celebración representa la identidad y el espíritu de una ciudad que supo renacer de la tragedia. Tras el terremoto de 1949, Ambato encontró en la FFF un símbolo de resiliencia, una forma de honrar la vida y el trabajo de su gente.

Hoy, la fiesta es un espectáculo de cultura y creatividad. Los carros alegóricos, adornados con flores y frutas de la región, recorren las calles en un despliegue de arte efímero. La elección de la Reina de Ambato, los desfiles, la feria taurina y las presentaciones artísticas atraen a miles de visitantes, dinamizando la economía local y fortaleciendo el sentido de comunidad.

Uno de los aspectos más destacados de la fiesta es su capacidad para reunir a todos los sectores de la sociedad. Desde agricultores y floricultores, cuyos productos son la esencia de la celebración, hasta artistas locales e internacionales que encuentran en Ambato un escenario para compartir su talento. Las exposiciones culturales, los conciertos y las ferias gastronómicas convierten a la ciudad en un punto de encuentro donde se fusionan tradición y modernidad. Cada detalle de la festividad refleja el esfuerzo de quienes trabajan durante meses para que la FFF sea un éxito.

Además, la fiesta impulsa significativamente el turismo y la economía local. Hoteles, restaurantes y comercios ven un aumento en su actividad, beneficiando a cientos de familias ambateñas. Sin embargo, este crecimiento debe ir de la mano con una planificación sostenible que evite problemas como el desorden vehicular o el deterioro del espacio público. Es fundamental que las autoridades y la ciudadanía trabajen juntas para garantizar que la fiesta siga siendo una celebración segura, organizada y respetuosa con el entorno.

Así, la Fiesta de la Fruta y de las Flores sigue siendo un símbolo de orgullo ambateño. Es un recordatorio de que, incluso después de los momentos más difíciles, la ciudad sabe florecer con fuerza y belleza. Mantener viva esta tradición no solo es un homenaje al pasado, sino un compromiso con el futuro de Ambato y su gente. (O)

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