“La Gloriosa” / Lic. Mario Mora Nieto

Columnistas, Opinión

            El País había sufrido un grave quebranto en su dignidad, en su honor con la firma del protocolo de Río de Janeiro (29 de enero de 1942), luego del enfrentamiento bélico con el Perú en 1941. La agresión, la invasión, los crímenes cometidos en tierras ecuatorianas fueron una verdadera vergüenza para América. Se consagró el derecho de los fuertes sobre los débiles.

            El desastre territorial dejó deslegitimado ante la opinión pública al gobierno del Dr. Carlos Arroyo del Río. La oposición era creciente. En mayo de 1943, Leonidas Plaza Lasso y Luis Felipe Borja intentaron, sin éxito, tomarse el Palacio de Gobierno. El golpe fracasó. Además había un manifiesto descontento en el ejército, en cuyas filas se guardaba un profundo resentimiento por la decadencia de las Fuerzas Armadas ante la prosperidad de los carabineros.

            El capitán del ejército Sergio Enrique Girón era uno de los muchos oficiales que se oponían al gobierno. Hasta el mes de abril de 1944, el complot estaba maduro. Se había iniciado una conspiración con apoyo de las unidades acantonadas en Zaruma, Loja, Cuenca y Guayaquil.

            La oposición civil estuvo liderada por el Dr. José María Velasco Ibarra, quien, aunque expatriado a Colombia, contaba con el respaldo de la “Acción Democrática Ecuatoriana”, que agrupaba desde conservadores hasta comunistas.

            La acción represiva del cuerpo de carabineros, grupo de élite privilegiado por Arroyo, agravó la situación. El 28 de mayo de 1944, estalló la revuelta.

            Núcleos comprometidos de la oficialidad joven respaldados por elementos de tropa, con el apoyo de milicias civiles, se alzaron en armas. Varias casas de dirigentes arroyistas fueron asaltadas. Las fuerzas leales al régimen se agruparon en el cuartel de carabineros. La lucha fue sangrienta y el combate únicamente cesó con el incendio del cuartel.

            Arroyo del Río fue depuesto por el golpe conocido como “La Gloriosa”, al grito de ¡Viva Velasco Ibarra!

Caído el gobierno de Arroyo, los gestores del golpe trajeron de inmediato al Dr. Velasco, que se encontraba en Colombia, en medio de una gigantesca manifestación popular constituida por más de cuarenta mil personas que portando carteles y banderas aclamaban a su líder que asumió la presidencia de la República.

            El Dr. Velasco al dirigirse a su pueblo expresó: “Cuan magnífica, cuan gloriosa es esta manifestación cívica. Esta fecha quedará grabada en la Historia de la Patria. (O) 

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