La herencia incomprendida. 2024

Columnistas, Opinión

Para hablar sobre la toponimia vernácula de Tungurahua, a mi nuevo libro que está en fase de diagramación, en unas 220 páginas, he puesto de título alternativo “La herencia incomprendida”, porque hemos heredado nombres de montes, sitios, ríos, quebradas y lagunas, que no sabemos de ubicación, peor de significación por provenir de lenguas pre quichuas y el quichua (a pesar de declaratoria de interculturalidad). Ventajosamente, como lo digo en mi libro “ni el lenguaje ni el paisaje pertenecen a la propiedad privada”, pero para que tengamos ese sentido de herencia custodiada, debemos saber lo que nos han legado.

El libro viene con extraordinarias fotografías exclusivas de Raúl Díaz Sánchez, afamado y sensible trajinante de montañas y sitios, de sus recorridos de toda una vida. Recoge su cosecha del tiempo pasado, captando el instante en lugares y momentos irrepetibles que se entregarán al público como parte de nuestro testimonio existencial. He aquí un estracto:

Huacas indígenas y toponimia sincretizada

Digamos que lingüísticamente hablando hay tres campos semánticos que tendrían que ver con lo sagrado, lo siniestro y lo adorado reflejados en los nombres de la geografía de Tungurahua. Lastimosamente este enfoque tiene que sustentarse básicamente en el quichua, en desmedro de la lengua regional pre quichua que fue el pantsaleo o quitu-pantsalea por denominación exógena. Ahora el rastreo viene también a través de la toponimia en español porque en muchas lomas y sitios de adoratorios nativos el cristianismo puso una cruz cristiana y redenominó el sitio en castellano con su “cruz”.

De otro lado, al margen de los topónimos, muchas huacas o sitios sagrados fueron agresivamente anulados hasta que la iglesia cristiana pasó a tener control de dichos espacios, que sin embargo perviven con una fe sincretizada, tal el caso de la huaca de los Baños de Agua Santa que de adoratorio a la Tungurahua, pasó a la Virgen de Agua Santa; o con el mismo caso la colina de Patate viejo, pasó a la veneración del Señor del Terremoto. Pasa igual con lo de la Virgen del Monte en Quero; la Virgen de la Elevación en el Carihuairazo; una frustrada aparición de una “Virgen” en Salasaca a orillas del Pachanlica. Hay una adoración a la “Cruz Maqui” en Sigualó en las quebradas que bajan de La Cachi Moya de García Moreno en Pelileo, entre otras.

Datos de cronistas coloniales hablan de los adoratorios o sitio sagrado Mocha, que justamente significa adoración o beso sagrado.

Mocha.- Mucha, Cantón de la provincia de Tungurahua. Pueblo aborigen preinca de lengua quitu – pantsalea, que redenominado en quichua significa adoración o beso (porque besar es cosa sagrada para los nativos). Su altitud promedio supera los 3280 msnm, siendo una de las poblaciones más altas del país.

Miremos las designaciones donde se ha implementado una cruz cristiana, aclarando que no son los únicos, sino los que han destacado los registradores de topónimos, y que pasarían a tomarse como emblemáticos:

Cruz loma.- Loma de 3.535 msnm al SO de Tisaleo, a 3.3 km. Loma de la cruz, con sintaxis quichua. Debió ser una huaca aborigen.- Cruz loma.- cerro de 3.450 msnm al O de Tisaleo, a 8.5 km. Vale lo explicado anteriormente.- Cruz loma.- Loma de 4.090 msnm al N del nevado Chimborazo, a 9 km. Todas las redenominaciones de esta designación reflejan la pérdida de designaciones nativas y la implantación del cristianismo. – Cruz loma.- cerro de 3.600 msnm al SE de la parroquia Sucre del cantón Patate, a 6.4 km. Loma de la Cruz en quichua.- Cruz loma.- Elevación y caserío en la parroquia El Triunfo del cantón Patate.- Cruz maqui.- Cerro de 3.700 msnm al NO de Tisaleo, a 6.5 km. Mano de la cruz en quichua.Cruz ñan.- Altura cerca de Píllaro. Camino de la cruz.- Cruz pamba.- Sitio con escuela en La Matriz de Píllaro. Cruz de la planicie en quichua…Cruz pata.-… (O)

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