La impunidad deviene en degradación social / Mario Fernando Barona
La impunidad deviene en degradación social / Mario Fernando Barona
Elevo mi voz al desesperado grito de coraje, dolor e impotencia frente a los execrables hechos ocurridos la semana pasada con dos mujeres ecuatorianas: la violación grupal a ‘Martha’ en un bar de Quito y el asesinato en plena vía pública y con presencia policial de otra mujer en Ibarra. En los dos casos, los crímenes fueron perpetrados por hombres cercanos a la víctima (amigos y pareja respectivamente) y en los dos hubo fuerza, agresión y violencia.
No obstante, habrá de preguntarse si efectivamente las motivaciones básicas detrás de cada una están en el machismo, como se ha llegado a afirmar con fuerza en las redes sociales. En lo personal, creo que esto merece una lectura más responsable y profunda.
No cabe duda, evidentemente, que el machismo tiene un rol determinante en el desenlace de este tipo de episodios en los que impera la fuerza bruta, pero no creo que sea el único ni el más importante detonante, porque de serlo, querría decir que todos los machistas son violadores y asesinos, y al haber una aplastante e innegable mayoría de machistas en nuestro país, significaría en teoría que vivimos y estamos rodeados de criminales en potencia, lo cual no es cierto. Y, en el segundo caso, ¿qué tal si habría sido al revés, si era la chica quien amenazaba y asesinaba a su compañero; o el mismo asesino amenazando a otro hombre? ¿Dónde quedaba el machismo?
Insisto, el machismo sí está inmerso en estos fenómenos sociales, pero no necesariamente son el factor determinante. Junto con el machismo hay elementos que dependiendo el individuo y las circunstancias pueden tener mayor o menor grado de incidencia en la conducta: culturales, sociales, sicológicos, biológicos, etc.
En cualquier caso, es obvio que nos enfrentamos a un nivel de degradación social preocupante, porque asaltos, robos, narcotráfico, violaciones y muertes están a la orden del día con impunidad (otra nefasta herencia de la Revolución Ciudadana). Y es este precisamente el factor crucial para que estos hechos ocurran con frecuencia (más que el machismo o cualquier otra causa cultural o social), porque el criminal sabe que está protegido por las Leyes, sabe que goza de permisividad legal, sabe que los ciudadanos estamos en indefensión, y sabe finalmente que la impunidad se ha convertido en resignación e impotencia. De eso se vale cualquier antisocial para continuar sometiéndonos a su antojo. (O)