La inteligencia artificial altera la economía

Columnistas, Opinión

La primera revolución industrial inició en 1760 y se basó en el uso de la energía de vapor, dando inicio a la mecanización de la producción (productividad en al menos 8 veces); la segunda se ubica entre 1850 y 1914 apareciendo nuevos materiales como el  acero y el petróleo, implementando mecanismos de transporte como el avión, automóvil, una mayor comunicación con el invento del teléfono y el radio, además el descubrimiento de la energía eléctrica permitió el uso del motor de combustión interna, propulsada por combustibles fósiles, especialmente derivados del petróleo.

En la tercera, observamos el aparecimiento de la informática y la digitalización y va desde 1940 hasta 1980, mientras que la cuarta combina los sistemas digitales y físicos, siendo el resultado del dinamismo de las tecnologías lo que permite mejorar la calidad de vida.

Hoy se habla de la quinta revolución industrial en la que se vislumbra el desarrollo de la Inteligencia Artificial, lo que implica que podremos contar con asistentes inteligentes de altas capacidades e incluso más brillantes que las personas, estas nos ayudarán en la toma de decisiones; se menciona que estos asistentes estarán en un microchip que podría alojarse en una parte de nuestro cuerpo para oír, ver y hablar con el dispositivo.

Este asistente podrá evaluar propuestas y conectarse con los dispositivos del auto, de la casa, propiciando una fusión entre el humano y la máquina; por lo que vemos la humanidad será reemplazada por las máquinas, llegando a ampliarse el desempleo ya que los empresarios preferirán adquirir un robot antes que lidiar con todo lo que implica la contratación de trabajadores (seguros, sindicatos, enfermedades, actitudes negativas, etc).

Hasta aquí suena todo tan interesante y parece que estuviéramos leyendo un libro de ciencia ficción, pero la realidad es que los algoritmos (instrucciones sistemáticas definidas, utilizadas para realizar una tarea) con el tiempo podrían disponer de las actividades de nuestras empresas a voluntad propia.

Si solo utilizamos maquinas en las industrias y dejamos de lado al ser humano, nos preguntamos, quién compraría los productos? y qué pasaría con la sociedad en su conjunto, tendríamos otra forma de concebir la vida? ni siquiera me atrevo a imaginarme como podría ser una sexta revolución industrial, tal vez será con el uso del palo y la piedra.

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