La Música en el Lenguaje Radiofónico / Lic. Mario Mora Nieto

 

 

“Todos, sin distinción, necesitamos de la música. Nuestra vida no sería la misma si un día amaneciéramos con la prohibición de cantar, de bailar, de escuchar música de ningún tipo”. (J. I. López Vigil)

 

Y es que en todos los tiempos y en todas las culturas el hombre ha expresado sus sentimientos sacando melodías de la madera, del cuero, del metal, de las cuerdas de una guitarra. La música es fundamental para el espíritu y el corazón humano. La música nos calma, nos alegra, nos trae recuerdos, nos traslada al infinito mundo del ensueño.

 

La radio dispone de este gran recurso que es un componente muy importante de su lenguaje y cuyo uso debe ser muy cuidado; pues, la música tiene el poder y la capacidad de crear o traer a la mente imágenes completas o vivencias.

 

Por su puesto que la musicalización en la radio no es muy fácil. Tampoco es algo que se adquiere espontáneamente. Es un arte que debe aprenderse y que toma tiempo manejarlo con soltura y con solvencia. Se requiere gran habilidad y especial talento.

 

Varios son los géneros musicales que se difunden en las diversas frecuencias, siendo lo más usual escuchar música electrónica, retro, tropical, pop, etc., cubriendo las expectativas de la audiencia.

 

Con pesar podemos apreciar que muy poco, o casi nada, se difunde la música clásica del Ecuador o en todo caso se utiliza la música deformada, manipulada por “arreglistas” que han convertido pasillos, albazos, sanjuanitos, etc., en ritmos estridentes que distorsionan totalmente la natural belleza de nuestra música.

 

Sería importante que en todas y cada una de las estaciones de radio existan, o se formen, personas encargadas de llevar a cabo espacios destinados a difundir la música clásica del Ecuador creada por valiosos cultores que, a través de los años, enriquecieron su respectivo patrimonio y dieron mayor prestigio al Ecuador como país privilegiado para esta hermosa expresión del arte a fin de lograr que la música siga alentando loa más nobles sentimientos del alma y consolide, al mismo tiempo el prestigio cultural de nuestra querida Patria. (O)