La Participación en Democracia 

Columnistas, Opinión

Estos últimos años hubo mucha preocupación por la retirada de la Democracia y el ascenso del autoritarismo, y con buenas razones. Del primer ministro húngaro Viktor Orbán a los expresidentes de Brasil, Jair Bolsonaro, y de los Estados Unidos, Donald Trump, tenemos una lista cada vez más larga de autoritarios y aspirantes a autócratas que canalizan una forma curiosa de populismo de derecha: mientras prometen proteger a la ciudadanía ordinaria y preservar viejos valores nacionales, aplican políticas que protegen a los poderosos y echan a la basura viejas normas. Y nos dejan a los demás tratando de explicar en qué radica su atractivo”…, tal como lo menciona Joseph Stiglitz en su libro “Desigualdad y Democracia”.

Triste imaginar que la Democracia, no depende de la participación ciudadana en realidad, ¿o si? 

Lo tenemos bien claro, a través de la historia de la humanidad, para Filósofos como Aristóteles por ejemplo, la Democracia, era una buena forma de Gobierno, donde el pueblo tenía el poder; y, efectivamente, todas y todos confiamos en que asi sea en realidad y que la Democracia sea esa forma de Gobierno, que basa su accionar en la participación ciudadana; esa participación que a parte de que obligan a ir a votar, la gente tome conciencia y lo haga mirando a la historia; lo haga con memoria; lo haga con análisis crítico, que conmemora nuestra inteligencia como pueblos que creemos en la alternativa de forjar el presente a cada minuto, para tener un futuro más equitativo, justo, con garantía de derechos colectivos y de la naturaleza; un futuro con oportunidades de progreso, con una mejor educación, con un fuerte sentido de Identidad Cultural, con principios básicos de convivencia común y que sea más seguro en igualdad de condiciones.

Gudynas nos recuerda en cambio que cuando los “extractivismos” reconfiguran democracias y derechos, ¿la ciudadanía pasa a ser simple espectadora de lo injusto? o ¿su voz en masa es escuchada al fin?

Global Citizen, nos recuerda que el derecho al voto es crucial para mantener una Democracia justa, permitiendo a los ciudadanos a través de su participación activa expresar su apoyo a la posible implementación de políticas que puedan, al fin, ayudar a erradicar la pobreza extrema o las causas sociales que generan desastres permanentes y caos en cada territorio.

Desde finales de la Segunda Guerra Mundial, en 1949, el derecho al voto se ha extendido a muchos más países en el mundo, en esa época las democracias conformaban menos del 30% de países del planeta, ahora más de la mitad de los gobiernos del mundo son democráticos.

Sin embargo, el término “democracias” es variable, dependiendo de la Autoridad que lo rija, en base por ejemplo a los principios internacionales de “Autodeterminación de los pueblos” y a la “No injerencia en asuntos internos de otro Estado”, es decir, de acuerdo a los gobiernos varía cada política, sus propias reglas y restricciones entregadas para el pueblo.

¿Qué esperar? Sólo el pueblo cada vez más pensante lo sabe! (O)

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