La placenta de Mama Ocllo en Tomebamba

Columnistas, Opinión

Realmente son lecturas inusuales las que ahora comparto en esta crónica. Hay libros, como el que ha llegado a mis manos, donde la investigación de campo y la formación académica se han juntado para hablar de “Reyes y Guerreros”/ Ensayos de cultura andina (1989), realizado en el Perú por R. Tom Zuidema, un holandés que entre otros datos fue profesor de la Universidad San Cristóbal de Huamanga, y luego fue a la cátedra en Universidad de Illinois. La solapa advierte que “es uno de los mejores especialistas actuales en etnohistoria andina”.

Puedo decir que nuestra “historia”, paradójicamente, es una contienda con el mito. Y es que lo real maravilloso fue y sigue siendo nuestro campo de vivencias hasta la actualidad. A nosotros no nos enseñaron una historia nativa, de las culturas que fueron dominadas por los incas. Nosotros desde la escuela  aprendimos una historia del Tahuantinsuyo como si siempre hubiésemos sido incas. Vivimos el contento de que Huayna capac nació en Cuenca y Atahualpa en Quito; pero no nos indujeron a pensar que en nuestras raíces hay una historia que oculta las permanentes luchas de los pueblos vencidos.

He aquí una historia nueva sobre la expansión inca.- “Los incas habían venido del lago Titicaca y un cronista afirma que incluso ahí vivieron hasta el tiempo de Pachacuti, el noveno rey, y fue solamente entonces cuando marcharon sobre el Cusco. Conquistaron Cusco después de un prolongado sitio y construyeron otro pueblo, Cusco alto, sobre el pueblo original. La siguiente tarea era la conquista del centro del antiguo imperio Huari…para esto emplearían al máximo las instituciones políticas de Huari que todavía se conocían o existían. Un buen ejemplo de una institución de este tipo es Pachacamac, el centro político y religioso más importante de la costa en la época de Huari, que mantuvo -o recuperó- esta posición en la época de los incas.”  (P. 212).

Los incas no construyeron el Cusco. Se apropiaron e hicieron una capital temporal. Esto pasó a replicarse en Tomebamba por el hecho de que allí nació el inca Huayna capac. Por aquí destaquemos el papel de Mama Ocllo:     

“Mama Ocllo.- la madre de Mama Ocllo, que se llamaba Mama Anahuarque Coya, provenía del valle de Chincha, que derivó la denominación de Chinchaysuyo. (Luego, no es que el Norte del Perú se llamaba Chinchaysuyo por ser el norte, sino porque dieron importancia a la región de Chincha y halagar a Mama Ocllo y a sus sometidos. “El siguiente episodio, concerniente a Mama Ocllo, se desarrolla en Ecuador. Ella era madre de Huayna Cápac, sucesor de Tupa Yupanqui. Después de sus conquistas en Ecuador, Huayna Cápac construyó en Tumebamba un templo llamado Mullocancha y colocó en su interior una estatua de oro de Mama Ocllo llamada Tumebamba Pachamama, “La tierra-madre de Tumebamba”. Esta estatua contenía la placenta (y las membranas fetales) que acompañaron al nacimiento de Huayna Capac”.

“Habiendo hecho de Tumebamba su nueva capital, construyó allí varios otros templos y palacios a semejanza del Cusco. Allí fue donde repartió su reino entre sus hijos. Huáscar se convirtió en su sucesor y Atahualpa en gobernador de Ecuador, con sede en Quito. Según los planes de Huayna capac, el Ecuador debía  llegar a tener un rol independiente. Murúa (1962; t. 11, cap 7) informa que Ecuador formó dos provincias o suyus que se añadieron a los cuatro suyus tradicionales del imperio inca. Tumebamba en el sur del Ecuador, probablemente estaba en la frontera del Ecuador y el Tahuantinsuyo.” P 282. (O)

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