La resistencia al cambio

Columnistas, Opinión

La resistencia al cambio, es un término muy conocido en el ámbito privado, especialmente porque resulta evidente, que no se ha comprendido de forma adecuada la función o beneficio, que este podría traer en función organizacional o cualquier actividad económica, cuya primordial ocupación es la de perseguir una mejora continua en cuanto a la productividad colectiva u individual, o en búsqueda de un incremento en el valor al servicio que se presta.

Este fenómeno aparece fundamentalmente, cuando un empleado o trabajador de cualquier índole se ve obligado a cambiar sus hábitos o técnicas en la consecución de sus labores diarias o le es necesario a modificar sus rutinas diarias, con la finalidad de conseguir algún tipo de objetivo específico.

El principal elemento que deja en evidencia dicha resistencia, se manifiesta por un autobloqueo que de seguro estará acompañado de una pretendida justificación para no hacerlo, también es indudable encontrará uno nuevo ante cada situación o momento, claro, el uso o no de esto dependerá siempre de la experiencia previa que el funcionario tiene o de la capacidad que este tiene para enfrentar los ya mencionados cambios.

Es importante, revisar que existen factores externos que también pueden influenciar para que estos bloqueos aparezcan como emocionales, familiares, intensionales, de comportamiento y hasta cognitivos, que se ponen en evidencia cuando quien está en la cabeza aplica modificaciones, cambios o transformaciones de carácter organizacional, que de una u otra manera terminaría rompiendo una supuesta hegemonía en el cumplimiento de las funciones, es decir, para que cambiar algo que nadie lo ha hecho.

Resulta indispensable, perderle el miedo a lo nuevo debido a que este miedo resulta terminar siendo una carga emocional adicional y difícil de llevar, además, que resulta favorable salir de esa zona de confort tratando de explorar y rebasar nuestros propios límites y, que esto sea a partir de una decisión propia y más no porque alguien te lo dijo; y, finalmente es indispensable cambiar constantemente nuestros hábitos, debido a que en muchos casos lo hemos hecho por muchos años, que en numerosos casos se han hecho parte de nuestra vida y nos terminamos auto engañando sobre la  eminente necesidad de seguir utilizándolos.

Siempre, es un buen momento para cambiar y modificar nuestro comportamiento u hábitos y dejar de pensar que es un mal momento para hacerlo, además, dejemos de utilizar excusas para no enfrentar la transformación y más bien asumamos nuevos retos, en función de ser cada día mejores. (O)       

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