La ruta del federalismo / Luis Fernando Torres
La Gran Colombia tuvo una organización parecida a la de los estados federales. El Departamento del Sur, lo que después llegó a ser el Ecuador, era parte de esa estructura. A mediados del siglo XIX, la república del Ecuador estuvo cerca de convertirse en federal, con Loja al mando de Carrión Pinzano y Guayaquil asediada por las fuerzas peruanas de Franco. El país no ha estado, históricamente, lejos del federalismo. A finales del siglo XX, se realizaron importantes manifestaciones autonomistas en algunos rincones de la patria.
El nivel de descentralización política es el que les deja a unos estados como unitarios y a otros le sitúa en el lugar de los estados federales. El Ecuador es Estado unitario porque la descentralización del poder político es baja. En la periferia, donde se encuentran los municipios y los consejos provinciales, el poder ejecutivo local es de gestión y el poder legislativo no pasa de las potestades normativas expresadas en ordenanzas. El Presidente concentra el poder político ejecutivo y, por ello, es él quien manda, por ejemplo, sobre militares y policías. La Asamblea, por su parte, concentra el poder político legislativo, sin que existan otros órganos con la capacidad de dictar leyes. El poder judicial es el único descentralizado, con cortes superiores y tribunales distritales administrativos y tributarios que deciden en última instancia, bajo la consideración que la casación no es instancia.
En los estados federales la descentralización del poder político es avanzada, con gobernadores que mandan sobre la policía y las guardias civiles, congresos que dictan leyes estatales y jueces locales en cuyas decisiones se agotan los casos. Estados Unidos es el ejemplo del federalismo dual, en el que los estados tienen más poder que el mismo Estado federal. Por ello, en unos estados existe la pena de muerte y en otros no. Alemania tiene un federalismo cooperativo, algo distinto del estadounidense, por el poder de interferencia del gobierno federal. Argentina cuenta con un federalismo administrativo, por el alto margen de control del gobierno federal sobre el de las provincias.
La descentralización fiscal no define a un Estado como federal. En el Ecuador es bastante avanzada y el Estado no ha dejado de ser unitario. Sin embargo, constituye un impulso para la consecución de una mejor distribución de competencias entre el gobierno central y los municipios y los consejos provinciales. Es interesante que en el Ecuador se haya comenzado a discutir nuevamente sobre la descentralización y el federalismo.