La Salud mental en sus primeros pasos. /Dr. Guillermo Bastidas Tello

“El secreto de la salud mental y física no es llorar por el pasado ni preocuparse en el futuro, sino vivir el presente siendo sabia y seriamente”

Paramahansa Yogananda

La salud   mental   según la OMS es un estado de bienestar en el cual   la persona es consciente de sus propias capacidades las cuales le permiten afrontar las tensiones normales de la vida, trabajando de forma fructífera y realizando una contribución positiva para la sociedad.

La  salud  mental  es  un  estigma  y    termina  siendo  una  cuestión  insuficientemente atendida en la actualidad a pesar de ser un derecho humano fundamental. La desinformación y falta de toma de conciencia sobre la salud mental influye que la sociedad discrimine y rechace a las personas con estos problemas por ello existe una necesidad urgente de actuar.

Tanta exposición a circunstancias sociales como: la pobreza, violencia, desigualdad y degradación en nosotros mismo.  Ya que hoy en día nuestra vida y relaciones se miden por likes en nuestras redes sociales, enfocándonos más en los filtros que coloca la sociedad y siempre poniendo en alto la competencia de quién es la más hermosa y sexy creación de la humanidad, lastimosamente nuestra sociedad está podrida, ya no hay consciencia, empatía ni humanidad. ¿Pero que obtenemos al realizar una valoración profunda de dichos filtros basados en su estatus mental?

Nos encontramos con muchos problemas de inseguridad  y puertas sin cerrar en la infancia que con el tiempo se convirtieron en un riesgo potencial, que la sociedad lo esconde con una máscara.

Por ello la salud mental se inicia desde los primeros pasos de vida desde cuando un niño nace y con el tiempo crece pero de una manera segura con la orientación de padre y madre. Claro que por muchas circunstancias  no todos tuvimos la oportunidad de crecer

con padre y madre juntos pero igual eso no quita o te diferencia del resto. Esta orientación dada por nuestros padres hace que el niño vaya con las riendas sueltas hacia un camino más armonioso entre lo que quiere ser y representar para la sociedad sin importar del qué dirán siempre y cuando su salud mental no se afecte. La etapa infanto- juvenil es la más importante para crear una sociedad más segura y estable como digo todo empieza en casa.

Es muy importante saber que una crianza severa y castigos físicos perjudican la salud mental infantil. Los niños del hoy son muy inteligentes y es por el hecho de tener a su mano un dispositivo o pantalla que le permite conocer todo (El internet es infinito y a lo que digo todo es todo). Muchas veces llego a mi asombro cuando mi hija responde con un lenguaje muy fluido al de un niño normal pero en el hoy por hoy cuantos no nos hemos sorprendido. Pasando al punto fundamental y a lo que quiero llegar es que como padres cultivemos valores como el respeto, responsabilidad, amabilidad y empatía con su entorno porque ellos llegarán a ser el espejo de nuestro hogar. ¿Cómo pedir respeto a un niño que cuando realiza una travesura tú le gritas?, ¿Cómo pedirle que te entienda y siga tus reglas cuando tú mismo has sido capaz de romperlas por decir que soy adulto y ya?, ¿Cómo pedirle paciencia cuando al momento de realizar sus tareas te frustras y terminas haciéndolo todo mal?, ¿Cómo pedir que respete a sus amigos cuando al final en casa solo tiene un esquema de peleas y malos entendidos entre padre y madre?

Todos estos ejemplos nos hacen recapacitar que el mínimo detalle con el tiempo se convierte en un gran problema.

Valoremos más a nuestros niños que es verdad ellos serán el futuro. Una buena crianza crea un ser humano con identidad y autoestima.

Después de que el niño crece se enfrenta a otro problema más un dolor de cabeza para la sociedad  y es la famosa etapa de la Cebra (Por tenerlo todo rayado) ¿Qué pasa en esta etapa? Las influencia de redes sociales como el Tik Tok, Instagram y en algunos casos Facebook además de muchos juegos en línea que muestran violencia y otros como la pornografía terminan afectando el comportamiento de nuestros adolescentes el día de hoy, perdiendo en sí muchos valores como empatía, amabilidad y lo más relevante, ser humanitarios.* Dra. Adriana. E. Pulluquitín. E. (España)